Una multitud arropó a la familia de Manuel Ángel Rivas Muiños, "Manolán", con la presencia de su viuda, Sandra Martínez Araujo, en el último adiós a este vecino de Ponte Caldelas, apreciado por todos los que le conocían. La iglesia de Santa Eulalia acogió un multitudinario funeral, como homenaje y despedida a la víctima del crimen pasional que conmocionó a la villa el pasado sábado.

Por la mañana, un pleno extraordinario aprobó un manifiesto de repulsa a la violencia y decretó tres días de luto oficial. La corporación, por unanimidad, expresó su solidaridad y pesar a los familiares y amigos de Manuel Ángel Rivas Muiños, además de condenar "cualquier manifestación de violencia en toda y cada una de sus vertientes: sociales, sexistas, económicas, étnicas, religiosas, etc."

La corporación se compromete a apostar por políticas educativas y de conciliación para prevenir cualquier episodio de violencia, además de ofrecer a todas las víctimas "la comprensión solidaria del pueblo de Ponte Caldelas" y poner la disposición de todos ellos los medios materiales y humanos con los que cuenta el Concello "para atenderlos y asesorarlos de la mejor manera posible".

Tras el breve pleno, a las puertas del ayuntamiento se celebró una nueva concentración de repulsa, como la celebrada el pasado domingo en la Alameda, con la asistencia de numerosos vecinos. Ante ellos, el alcalde, Andrés Díaz, leyó un manifiesto aprobado por todos los grupos políticos, en el que lamentó que "una vez más" el pueblo de Ponte Caldelas tenga que salir a la calle para manifestar su repulsa a la violencia. Un modo de afrontar los conflictos que la declaración conjunta de los grupos políticos califica de "comportamiento execrable y vergonzante para la condición humana", además de "una muestra del fracaso de los valores sociales que deben sostener la sociedad del siglo XXI, que entre todos estamos construyendo".

"Libertad de elección"

El primer edil recordó a los vecinos que allí se concentraron que "desde lo más profundo de nuestro corazón repudiamos la intolerancia y reivindicamos la libertad de elección de las personas y la capacidad de decidir libremente sobre sus vidas, como principio irrenunciable de la convivencia entre los seres humanos. No hay causa, reivindicación o razón que pueda ser legitimada a través del uso de la violencia".

Tanto en las declaraciones institucionales como en el sentimiento que se vive en la calle, Ponte Caldelas sufre un nuevo luto, esta vez por el fallecimiento "de un vecino muy conocido y querido por todos".

El alcalde, que en la lectura del manifiesto estuvo acompañado por los regidores de Cotobade y A Lama, subrayó que Ponte Caldelas "está entristecida y rota por el dolor de unas familias víctimas de la violencia".

La declaración institucional expone que el uso de la fuerza, del enfrentamiento irracional y la ausencia de diálogo para solucionar los conflictos lleva irremediablemente a un callejón sin salida con consecuencias gravísimas "que tenemos el deber colectivo de evitar a toda costa, comenzando por la educación de las nuevas generaciones, de los niños, de nuestros hijos, para que desde muy pequeños aprendan toda una serie de valores humanos que son la antítesis y la vacuna contra la violencia del futuro". Por eso los representantes de la corporación municipal instaron a todos los vecinos a "poner todos nuestro grado de arena para desterrar de una vez por todas ese comportamiento de nuestras vidas, por la vía de la cooperación, del entendimiento y de la resolución de conflictos a través de la intermediación, del arbitraje y, en definitiva, del respeto y el diálogo".

"Estamos aquí para recordar a Manuel Ángel Rivas Muiños y a todas las víctimas de este grave suceso, pero también para gritar con fuerza desde el silencio y la rabia contenida, para sacudir nuestras conciencias, para que esta jornada de violencia vivida este fin de semana no vuelva a repetirse nunca jamás", concluía el manifiesto.