Además de la propia confesión del presunto agresor cuando éste telefoneó a la Guardia Civil para alertar del crimen, y de habérsele incautado el arma utilizada en el homicidio -una navaja-, los agentes cuentan con más pruebas que no dejan de apuntar en la misma dirección. Una de las diligencias realizadas en el marco de la investigación del crimen de Ponte Caldelas del pasado sábado fue el registro de la vivienda de Marcos Vidal González, detenido por supuestamente matar a puñaladas al marido de su exnovia, Manuel Ángel Rivas Muiños, de 39 años de edad.

Inmediatamente después de su arresto, Marcos Vidal tuvo que ser atendido por un ataque de asma. Otras fuentes apuntan a que, ya en la comandancia pontevedresa, tuvo que ser trasladado en más de una ocasión a un centro sanitario por ataques de ansiedad. Por ello, finalmente se acordó su ingreso en el Hospital, al parecer en la Unidad de Psiquiatría, donde permanece desde la tarde de ayer incomunicado y con vigilancia constante de la Guardia Civil, hasta que pase a disposición judicial. En principio estaba previsto que hoy declare ante el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de la capital, en funciones de guardia, pero el ingreso hospitalario de ayer podría modificar estos planes.

La Guardia Civil ultimó ayer todas las diligencias, con el análisis del teléfono móvil y el registro de su domicilio. En la casa, ubicada en la carretera de Soutomaior, en Arcade, los efectivos del instituto armado encontraron prendas ensangrentadas, la ropa que llevaba cuando supuestamente perpetró los hechos. Y es que antes de su detención a las diez y media de la mañana de ese mismo sábado en el entorno de la playa fluvial de A Calzada del municipio, Marcos, peluquero de profesión, fue a cambiarse a su vivienda de Arcade, donde reside desde que abandonó su parroquia natal de Xustáns. Tras su arresto y su traslado a la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra,

El crimen ocurría a primera hora de la mañana del sábado, cuando Marcos -que tiene su peluquería puerta con puerta en la calle Rosalía de Castro de Arcade con la tienda de embutidos y jamones ibéricos que regentaba la víctima- se presentó en la vivienda de Manuel Ángel en la calle México de Ponte Caldelas. En ese momento la esposa de la víctima no estaba en el domicilio, sino en su trabajo de enfermera en un hospital pontevedrés. El ahora detenido esperó en el rellano de la escalera y cuando salió Manuel presuntamente le atacó con la navaja.

Al fallecido se le practicó ayer la autopsia. Aunque el resultado de la prueba forense no trascendió, las fuentes consultadas señalan que en el examen visual al cadáver tras los hechos se apreció que presentaba "numerosas" puñaladas, localizadas en el cuello y el tórax. También tenía lesiones de arma blanca en las manos, lo que apuntaría a que la víctima habría tratado, sin éxito, de defenderse de su agresor.

Marcos Vidal González tuvo una relación con la esposa del fallecido, Sandra Martínez, después de que ésta se separase de su marido. Pero el noviazgo finalizó cuando la mujer decidió volver con Manuel Ángel. Todo apunta a que el arrestado no habría asumido esta ruptura y que perpetró el crimen movido por los celos. Personas que lo conocían afirman que últimamente no se le veía "bien", y que incluso él mismo comentaba que había ido a un psicólogo y estaba a tratamiento. El registro en la casa del supuesto agresor la llevó a cabo la Guardia Civil a última hora del sábado. Los agentes también tomaron declaración a personas del entorno de detenido y víctima. Ahora, una vez sea puesto a disposición judicial, será el juez el que decida sobre la situación procesal del detenido y si los hechos se califican de homicidio o asesinato, en caso en el último supuesto de apreciarse alguna circunstancia como alevosía o ensañamiento.