La feria de antigüedades que hoy inicia una nueva etapa en la calle Sierra arranca con un control más exhaustivo, al menos inicialmente, en cuanto a puestos y productos a la venta. De entrada se cuenta con recibir a unos 40 vendedores, según el listado provisional elaborado por la Policía Local, si bien se admite una ampliación de ese número si se cumplen con los requisitos mínimos establecidos, es decir, que solo ofrezcan productos antiguos o de coleccionista como muebles, objetos de decoración, artesanías, pinturas, filatelia, numismática, discos de vinilo, carteles de fiesta, tarjetas postales, libros revistas, tebeos, herramientas antiguas no eléctricas y otro material análogo.

Agentes de la Policía Local y funcionarios municipales se encargan hoy de que los vendedores no se instalen en su escenario anterior, A Verdura, y lo hagan en Sierra, cumpliendo esas condiciones, que tratan de evitar la venta de ropa calzado o juguetes nuevos, así como teléfonos y otro material electrónico, productos que hasta ahora proliferaban en A Verdura y con cuyos vendedores se producían habituales discusiones y altercados. De hecho, el traslado a Sierra es bien visto por los hosteleros y vecinos de la zona, ya que se evitarán esas discusiones, pero no por los anticuarios, que temen un descenso de público en Sierra.

El Concello confía en que este traslado permita revitalizar una zona, la del entorno del Mercado, que los fines de semana, especialmente los domingos, es muy poco frecuentada. De hecho, desde la asociación de comerciantes Zona Monumental se planteó la posibilidad de adelantar el rastro a los sábados, una medida que se estudiará en el futuro.

Con ese fin nació hace años en A Verdura, si bien el aumento de puestos llegó a colapsar la zona, con conflictos con los hosteleros y vecinos. Para no dejar de contar con animación con este traslado, los hosteleros han organizado para hoy en este plaza una sesión vermú con el grupo Debuxos Reanimados, entre la una y las tres de la tarde.