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María Álvarez: "Nos venden que la única manera de ser feliz es a través de una tarjeta de crédito "

La experta de la Asociación de Amas de Casa y Consumidores Rías Baixas alerta de los riesgos de las compras compulsivas

María Álvarez. // Rafa Vázquez

María Álvarez es técnico en Consumo en la Asociación de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios Rías Baixas. Con motivo del Día Internacional contra el Consumo Irracional, que se celebra cada 28 de noviembre, apela al sentido común y a la correcta información, para no ser víctima de engaños ni fraudes. "La gente se compra lo que considera una ganga, cuando no es tal y cuando dos días antes ni siquiera le interesaba ese producto".

-¿A qué punto hemos llegado para que exista un Día Internacional contra el Consumo Irracional?

-Es una crítica. Se aprovecha una fecha para criticar un modelo de consumo que está hecho a medida de las grandes empresas. La publicidad nos vende que la única manera de acceder a la felicidad es a través del uso de la tarjeta de crédito. Nos venden un modelo de consumo que se basa en un modelo de producción adaptado a esas multinacionales y tras el que hay una miseria absoluta para algunos países. Las grandes perjudicadas de este modelo también son las pequeñas y medianas empresas.

-Además, la fecha llega tras el Black Friday...

-Efectivamente, y con ese tipo de cosas llegan también los fraudes. Sobre todo en internet, hay que vigilar de antemano cuál es el precio de partida del producto para ver si nos están aplicando el descuento que se anuncia. La gente se compra lo que considera una ganga, cuando no es tal y, sobre todo, cuando dos días antes ni siquiera le interesaba ese producto. Hay que evitar las compras compulsivas y hay que comprar con cautela. Podemos adelantarnos al período navideño, pero si consumimos ahora, no lo hagamos en Navidad.

-¿Es una cuestión educativa?

-Estamos importando malas costumbres. Nos están obligando a tener un día para consumir.

-¿Es cierto que noviembre es un mes tan malo?

-Noviembre es un mes muy malo porque es la antesala de las grandes fiestas. La gente en noviembre hace una vida monacal, prácticamente, porque sabe que en diciembre tiene que hacer compras y en enero, con las rebajas, también. Febrero también es un mes malo.

-¿Y tan terrible es consumir?

-El consumismo y las compras compulsivas se están convirtiendo en una enfermedad social. Me compro algo y mañana ya no tengo dinero, por lo que me voy a sentir peor. Es la pescadilla que se muerde la cola. Tenemos que consumir, sí, hay que reactivar el consumo, pero con cautela, con precaución, exigiendo nuestros derechos. No puede ser que nos digan que los hemos perdido porque estamos en un período de rebajas.

-¿Nos los pueden recortar'

-Lo único que se puede recortar es el precio del producto. La calidad y los derechos del consumidor se mantienen.

-Se refiere a devoluciones, cambios...

-Me refiero a que cada comercio tiene una política determinada. Pero si el producto está defectuoso te lo tienen que cambiar sí o sí.

-¿Cuáles son las principales quejas que recibe la asociación?

-La mayoría son por desconocimiento del consumidor, por no haberse enterado convenientemente y pensar que todos los comercios están obligados a aceptar devoluciones. Y los tiques de compra. La gente, a estas alturas, no los conserva.

-¿Se siguen pidiendo las hojas de reclamaciones?

-Menos de lo que se debería. Las hojas de reclamaciones solo sirven para reclamar. Nada más. Tiene que ser algo natural. Es mejor pedir una hoja de reclamaciones que ponerse a chillar en un establecimiento. Las controla la Xunta. Con estos documentos el comerciante tiene la posibilidad de adherirse al sistema de arbitraje. Es vinculante para las dos partes. Es una forma amistosa de resolver el problema sin llegar a la vía judicial. Nosotros apoyamos que la gente consuma en establecimientos que estén adheridos al sistema de arbitraje.

-¿Cuáles son los sectores en los que más reclaman los pontevedreses?

-Se ha importado el Black Friday para hacer compras, pero no se ha importado, por ejemplo, el bajo número de denuncias que hay en Europa de telefonía y mercado energético. Lo que pasa en España a nivel electricidad es sangrante. Aquí tenemos la oficina llena de facturas. Para entenderlas hay que hacer una carrera específica. No las entienden ni ellos. Cada día hay una nueva tarificación. Cada compañía tira por su lado y nos engañan a la hora de decirnos que un precio es más económico cuando te obligan a contratar un seguro aparte.

-¿Tenemos cultura de reclamación?

-Muy poca. La gente protesta con sus vecinos, con sus familiares. Se desahoga. Hay que hacer reclamaciones por diez céntimos, para que no nos sigan pasando por encima.

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