Los vendedores del rastro de antigüedades de A Verdura recibieron ayer temprano la visita del concelleiro de Persoal, Réxime Interior e Patrimonio, Vicente García Legísima, que se personó en la céntrica plaza junto con dos agentes de la Policía Local para entregarles un texto relativo al traslado del mercadillo a la calle Sierra el próximo domingo, 29 de noviembre, y explicarles que en el nuevo emplazamiento no se podrán vender ni ropa ni calzado, entre otros artículos.

Con este gesto se ponía fin a las dudas sobre el futuro de esta actividad, de carácter dominical, que es noticia desde hace meses por los conflictos generados entre vendedores, hosteleros y vecinos de la zona ante la presencia de nuevos puestos que ocupaban gran superficie de la plaza y en los que solo se vendían objetos que no cumplían con los requisitos exigidos por un rastro de antigüedades, como ropa y calzado usado, cargadores de móvil o juguetes modernos.

En el texto entregado por el concelleiro se recuerda que el mercadillo nació hace más de diez años impulsado por el Centro Comercial Urbano Zona Monumental (CCUZM) para "recuperar la vida social de la zona y revitalizar la hostelería de las plazas y las calles más apartadas". En vista de que este esfuerzo ya no es necesario en A Verdura, el Concello asegura que el CCUZM ha considerado conveniente su traslado a la calle Sierra, "por ser una zona que necesita también su revitalización".

En este sentido, se añade que "a lo largo de todos estos años, el mercado dominical de la Plaza de A Verdura se ha venido celebrando de forma pacífica, contribuyendo al dinamismo de nuestro caso histórico". Pero en esta parte del documento no se menciona la polémica de los últimos tiempos del rastro, protagonizada por hosteleros y vecinos contrarios a la presencia de algunos vendedores de reciente incorporación que extienden sus puestos por el suelo impidiendo la instalación de las mesas de los bares o la entrada a los garajes de los particulares.

Lo que sí explica claramente es que a partir del domingo 29 de noviembre "el mercado solo se podrá instalar en la calle Sierra, delante del Mercado de Abastos, debiendo dejar libre el acceso a los establecimientos que abren en domingo (quioscos, por ejemplo)".

A la espera de que se tramite un reglamento en el que se determinen los "requisitos, condiciones y régimen jurídico" de este tipo de mercadillo, se establecen, de carácter urgente, una serie de normas que deben ser cumplidas por todos los vendedores.

La primera de ellas es la relativa a los participantes en el rastro, que, "inicialmente", solo podrán ser los que hasta ahora venían ofreciendo sus productos en la Plaza de A Verdura. Al respecto, se recalca que solo se podrán ofertar antigüedades y curiosidades, tales como muebles, objetos de decoración, artesanía, pintura, artículos de coleccionista, filatelia, numismática, discos de vinilo, carteles de fiesta, tarjetas postales, libros, revistas, tebeos, herramientas antiguas no eléctricas y otros similares.

Por el contrario, no se podrán poner a la venta ropa, calzado, juguetes no antiguos, productos alimenticios, gafas, aparatos electrónicos como teléfonos u ordenadores ni cualquier otro que no cumpla las características de una antigüedad.

Además, asegura el texto, no se permitirá que los productos ofrecidos se extiendan por el suelo y las mesas en las que se oferten han de tener una dimensión máxima de 2,5 metros. Con estas nuevas normas se fija también un horario: de 8.30 a 9.30 para el montaje y antes de las 15 horas para la recogida.

Los requisitos parecen poner fin a algunos de los puntos de conflicto entre los vendedores más veteranos y los más nuevos, tanto en el tipo de artículos que se ofrecen al público como en la cuestión de su exposición ordenada. Asimismo, el Concello también alude al tema de la limpieza, tan criticado por los vecinos de la plaza y pide que se recoja la basura generada en la calle Sierra al término de cada edición del rastro.