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Prevención y frío, aliados contra el "picudo"

Expertos de Areeiro señalan que la llegada del invierno puede contribuir a contener la plaga

Técnicos aplicando tratamiento preventivo a las palmeras. // R. Vázquez

Hace ya dos años que el escarabajo Rhynchophorus ferrugineus, más conocido como "picudo rojo", fue detectado en el sur de la provincia, concretamente en Gondomar, y, desde entonces, la Estación Fitopatolóxica de Areeiro, de la Diputación, viene haciendo un marcaje férreo a este insecto que tiene su origen en Asia,asola las palmeras y que ya ha causado estragos en poblaciones de árboles de esta especie en el sur de la provincia.

El director de la Estación, Pedro Mansilla, confirmaba ayer que en este avance del voraz picudo hacia el norte de la provincia el frente parecía haberse detenido en los aledaños del casco urbano de Pontevedra. Hay casos en el propio Areeiro, en Lourizán y Mansilla ha detectado "otras dos o tres palmeras afectadas en Placeres". La presencia de la primera palmera afectada en el centro de la ciudad en la calle Cobián Roffignac alertó a los técnicos municipales que ya han aplicado tratamientos para proteger al resto de palmeras de la ciudad, algunas tan valiosas como las de los jardines de Vincenti.

Mansilla coincidía ayer que estos tratamientos preventivos son la respuesta más eficaz para intentar frenar al picudo. En Pontevedra ya se han aplicado en julio y en septiembre "y se deben mantener con una periodicidad de unos 60 días".

El clima caluroso de los últimos meses "ha favorecido la propagación del insecto" dado que se podía apreciar ejemplares de adultos "volando continuamente" en busca de nuevas palmeras que colonizar. Afortunadamente, junto a los tratamientos preventivos, el invierno también puede convertirse en un aliado para frenarlo: "Ahora con el frío la plaga se contrae, entra en hibernación, pero habrá que estar atento cuando regrese la primavera", explica Mansilla. En cualquier caso, el invierno permitirá ralentizar la expansión de un insecto que produce entre dos y tres generaciones al año (cuando lo normal en otras plagas es una) y deposita una media de entre 300 y 400 huevos por ejemplar dentro de los árboles, señala el director de Areeiro.

En el caso de los árboles que ya están enfermos, se realiza un tratamiento por inundación, que no es "nada fácil de llevar a cabo", dado que requiere la inyección "de entre 20 o 30 kilos de materia activa para acabar con el insecto". Otra vía para acabar con la plaga en ejemplares ya infectados es la lucha biológica. En cualquier caso son tratamientos complejos por lo que deben ser aplicados "por profesionales que sepan un poco de lo que se está tratando" lo que a veces limita un poco la capacidad de actuación contra este insecto en el caso de que la palmera enferma pertenezca a un particular. Los árboles no recuperables deben ser talados y enterrados para aislar al insecto. Mansilla indica que se deben también eviatr las podas, dado que son atrayentes y un auténtico reclamo para este coleóptero.

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