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Liduvina Campoamor: "Pontevedra puede y debe aprovecharse turísticamente de Santiago"

La "turismóloga" cree que la ciudad debe ostentar la capitalidad y venderse como destino cultural

Liduvina Campoamor, ante las ruinas de Santo Domingo. // Rafa Vázquez

Liduvina Campoamor imparte desde agosto un curso sobre turismo local e información al visitante organizado por la Diputación de Pontevedra. La experta se define como "turismóloga", un término de poco uso pero que define a la perfección su formación en el área. Además, investiga, a distancia, con la Universidad de Ecuador. En Galicia tiene experiencia en el Centro de Estudios Turísticos, las Rutas del Vino de Galicia y en formación en promoción turística.

-¿Qué es un turismólogo?

-En realidad el turismo no es una ciencia, es una actividad económica que tiene un gran contenido territorial. Eso quiere decir que la calidad del sistema turístico va a depender de muchos factores: economía, geografía, sociología... El turismólogo tiene esa formación completa. Las demás disciplinas se acercan. Cada vez más hay la necesidad de crear profesionales que contemplen el turismo como un sistema. Lo que ha pasado en España es que el turismo siempre se ha estudiado desde el lado de la oferta, para dar servicios básicos y complementarios directos. De hecho, mucha formación la preparaban las propias cadenas hoteleras. Es la Administración la que tiene un papel central, porque tiene que conciliar intereses diferentes, así como sus impactos.

-¿Es una figura reconocida en Galicia?

-Todavía no. Cuando sale la plaza de un gerente, puede optar cualquiera. Ahora, cada día más, se busca este tipo de perfil para gestionar los destinos turísticos. Nosotros tenemos que demostrar que hay una diferencia y que somos capaces, con mayor eficiencia y eficacia, de gestionar los destinos. En Galicia los destinos están intentado ponerse las pilas. Todos están intentado posicionarse, competir. Eso quiere decir que los que mejor lo hagan son los que van a sobresalir en la tarta turística. Ha surgido el concepto de Smart Destination, el destino inteligente.

-¿Por qué en destinos tan cercanos, como las Rías Baixas, cada uno va por su lado?

-Se trata de una cuestión competencial. Uno de los grandes problemas de la gestión turística es definir cuál es la escala idónea para la planificación. Lo que ya se está viendo es que las colaboraciones intramunicipales y extramunicipales van muy bien. Es decir, los formatos jurídicos de consorcios y patronatos de turismo. La pregunta es: ¿un municipio es un destino? Hay algunos casos en que sí, pero solo si tienen la singularidad y entidad como para justificarse como destino, por ejemplo, Santiago de Compostela. Incluso así, colabora con su área limítrofe, porque se puede completar la oferta y enriquecer la demanda.

-¿Cuál es el papel de la demanda?

-La demanda define el área turística. En la comunidad gallega, el turista tiene un comportamiento itinerante, no viene a un solo punto. Galicia es un destino, compuesto por subdestinos.

-¿Pontevedra puede aprovecharse de Santiago, por ejemplo?

-Por supuesto, Pontevedra puede y debe aprovecharse de Santiago. Pontevedra, además de ser la capital de las Rías Baixas, tiene el segundo casco histórico más interesante de Galicia. ¡Cómo no va a haber una demanda que esté interesada en ver cómo se juega con todo ese patrimonio histórico de Galicia!

-¿Qué debería destacar la ciudad como destino turístico?

-Pontevedra se puede diferenciar porque está teniendo una gestión de un modelo de ciudad muy interesante, que se está acercando a los parámetros de la sostenibilidad turística, que es la gran olvidada. Los destinos que realmente se preocupen por medir sus impactos socioculturales y medioambientales son los que podrán realmente ostentar el título de sostenibles.

-¿También la accesibilidad?

-Accesibilidad para todos, no solo para los que tienen capacidades diferentes. No es un concepto banal. Es importantísimo en la sostenibilidad turística. Fíjate que la Organización Mundial del Turismo atribuye al turismo la capacidad de mitigar la pobreza y mejorar las relaciones entre los pueblos. La gran diferenciación de Pontevedra es cómo gestiona su patrimonio. Por ahí puede diferenciarse.

-¿Y el Camino de Santiago?

-Debería revitalizarse mucho, sobre todo teniendo a la Virgen Peregrina, la única de Galicia, y el papel de la mujer en la peregrinación, que es algo que está olvidado. Las mujeres se han preocupado a lo largo del Camino de Santiago de que hubiese infraestructuras para los peregrinos.

-Pero se dice que el Camino no da dinero...

-Pero ¿quién lo ha medido? Faltan estudios de impacto económico rigurosos. Lo que no sabemos del Camino es cual es su "payback". Hay que saber explotarlo. El producto no puede desarrollarse de manera espontánea. Preguntémonos quién lo interpreta, cómo convencemos al peregrino de que haga una noche más en Pontevedra o en cualquier ciudad o pueblo por el que pasa el Camino. El peregrino no solo quiere caminar y albergues baratos. ¿Quién ha definido así el producto?

-En Pontevedra hay tres oficinas de turismo gestionadas por organismos diferentes, ¿es eso bueno?

-No solo ocurre aquí. Felizmente, ya se va a contemplar en la ley la red de oficinas de turismo. Hay una necesidad de que la gestión de las oficinas de turismo se mancomune, porque el gran perdedor es el usuario, que tiene que dirigirse a una u otra. Pontevedra ya está en ese camino y ya está en conversaciones para unificarlas en el mismo espacio físico.

-¿Cuáles han sido los errores de Pontevedra?

-No podemos hablar tanto de lo que ha hecho mal como de la madurez que tiene como destino turístico. El turismo se ha desarrollado siempre de forma espontánea. Cuando una Administración interviene, ya coge un destino turístico en su ciclo maduro o en desarrollo. Es ahí cuando tienen que corregir cosas. El turismo en Pontevedra debe pilotar en el turismo cultural que se puede complementar con el de naturaleza y litoral. Es un multiproducto. Nadie hace una sola cosa. Pensemos en nosotros mismos cuando viajamos: no hacemos una sola cosa. Pontevedra tiene todo esto y ostenta una capitalidad y debe luchar para que se le reconozca.

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