La octava edición del Rally do Albariño de Clásicos reunió a 65 participantes este año, todos ellos con auténticas joyas de la automoción de décadas pasadas que impresionaron a todos los que siguieron de cerca la evolución de los vehículos. Renault Alpine 310, Ford Escort MK-1, Mercedes o Porsche fueron solo algunos de los ejemplos que salieron ayer a la carretera para recorrer los 258 kilómetros que componían el viaje.

El Rally partió de Cambados, donde se guardó un minuto de silencio por varios motivos de calado, como la muerte de las pequeñas de Moraña presuntamente a manos de su padre, los fallecidos en el accidente de Carral y por las víctimas de los atentados ocurridos el pasado viernes en Francia. A partir de ahí, comenzó la competición propiamente dicha, con un punto de verificación en la Bodega Martín Códax y que llevaría a los participantes a disfrutar de los paisajes de la zona. La competición se cerró con un tramo semiurbano en la villa del albariño, diseñado para que los espectadores pudiesen ver de cerca a todos los vehículos que se sumaron a esta prueba.

Entre los participantes de esta edición, concurrieron propietarios de vehículos de época de toda Galicia, a los que se sumaron gentes llegadas desde puntos tan dispares como Madrid y Zamora entre otras localidades de España, e incluso, corredores portugueses.

No faltaron premios para los primeros participantes y un reconocimiento especial para la figura de Manuel Alfaro, piloto que falleció el pasado año y al que se quiso homenajear con la creación de esta distinción. De todas formas, el espíritu del Rally no es competitivo, sino que se centra más en dar a conocer las joyas de la automoción que están en perfectas condiciones para recorrer las carreteras de O Salnés. También es una iniciativa para reunir a los amantes de los coches clásicos en una celebración de confraternidad, como demostró la comida que se celebró en el Restaurante Lotus de Caldas de Reis o la cena-mariscada con la que se cerró el evento en un restaurante de Cambados.