La Diputación de Pontevedra destinará 40 millones de euros para repartir entre los 60 municipios de la provincia que se incluyen en el "Plan Concellos 2016", lo que supone un 30 por ciento más de recursos económicos, según informaron ayer la presidenta de la institución, la socialista Carmela Silva, y su vicepresidente, el nacionalista César Mosquera. Ambos añadieron que para los casos de Pontevedra y Vigo, los dos municipios que quedan al margen de este plan, se dispondrán partidas distintas mediante convenios propios.

Silva destacado que los fondos económicos se incrementarán en un 30 por ciento con respeto a lo que se disponía en anteriores ejercicios. Por ejemplo, según sus datos, en 2015 fueron 24 millones los dedicados a los ayuntamientos y los seis millones de libre disposición del presidente. La titular de la Diputación hizo hincapié en la eliminación de la libre disposición para la distribución de los fondos que describió como "la espada del clientelismo, caciquismo y la discriminación, algo que ahora eliminamos", señaló.

Añadió que los concellos podrán determinar la elección de las inversiones y actuaciones subvencionables que deseen realizar dentro de las cuatro líneas de ayudas que va a contar el plan. En concreto, se trata de inversiones, propias o cofinanciadas con otras administraciones; amortización de créditos bancarios, pago de deudas a acreedores y pagos de gastos corrientes; actividades culturales, deportivas, sociales, turísticas y actividades medioambientales; y la última de las líneas es para la creación de empleo destinado el funcionamiento de los servicios municipales.

A cada concello le va a corresponder una cantidad fija de 266.666,67 euros. Otros 24 millones de euros del plan se van a repartir en función de los criterios de población, superficie y núcleos de población. Por su parte, el vicepresidente ha destacado como "un orgullo" el trabajo hecho para conseguir un plan para todos lo concellos con estas cantidades económicas y, sobre todo, "renunciar a la libre disposición, que parecía una locura, renunciando expresamente a cualquier discrecionalidad".