La Audiencia de Pontevedra acogerá esta semana el juicio contra un empresario de Ponteareas, Javier Agostini, acusado de estafar a la multinacional Toyota en el envío a Japón de contenedores con polvos catalíticos. El fiscal sostiene que este empresario remitió 36 contenedores que en lugar de esta sustancia contenían arena y lana y que lo hizo ideando un sistema que permitía a eludir los controles que la empresa Toyota Tsusho Europa realizaba en origen para comprobar que la carga era realmente polvo catalítico. Para ello, se introducía una varilla por un orificio del contenedor de la que extraía una muestra de la carga. El fiscal asegura que este empresario ideó un compartimento justo con polvos catalíticos en el punto en el que se introducía esta varilla y se realizaba esta extracción y que llenó el resto de contenedores con arena y lana. Reclama una pena de seis años de prisión por estafa y que devuelva a Toyota 921.848 euros que le fueron abonados por anticipados por la mercancía que enviaba a Japón.

Este empresario ha sido protagonista de diversas protestas, todas ellas bastante curiosas (como disfrazarse de payaso ante los juzgados o caminar hasta Pontevedra con una cruz a cuestas) para pedir que se resolviera su caso. El sostiene su inocencia al indicar que el cargamento pudo ser alterado en destino.