Los vecinos de los lugares que integran la Plataforma de la PO-531 acordaron ayer en asamblea reactivar sus reivindicaciones para exigir a la Xunta que retome el proyecto para convertir esta carretera en una travesía urbana eliminando así los principales puntos negros que presenta y que, aseguran, provocan numerosos accidentes de circulación. El más grave, un accidente mortal que costó la vida a una persona a principios del pasado mes de octubre en la curva de Curro, uno de los puntos más peligrosos de este vial, y que fue el desencadenante para que vecinos y víctimas de accidentes de tráfico en esta carretera se hayan unido para retomar lo que consideran una reivindicación justa.

Y creen que es de justicia mejorar este vial por varias razones. La principal es la seguridad vial pero es que además creen que estamos ante "una de las carreteras más olvidadas de Galicia" por parte de la Xunta. Manuel Corredoira, presidenta de la Plataforma, recordó ayer que la carretera que une Pontevedra y Vilagarcía llega a tener densidades de tráfico que superan los 20.000 vehículos al día, a lo que hay que sumar el hecho de que atraviesa núcleos de población densamente poblados y con una gran actividad comercial y agrícola.

La Plataforma, integrada por vecinos de tres parroquias de Pontevedra y Barro con residentes en al menos cinco núcleos distintos de población (Campañó, Alba, A Devesa, A Portela y Curro) reunió ayer a representantes de distintos partidos políticos para exponerles esta necesidad de sacar del cajón un proyecto de reforma de la carretera que lleva casi diez años en el cajón. En esta reunión, en la que contaron con el respaldo del alcalde de Barro, así como con representantes de los tres grupos políticos en esta Corporación y del PSOE de Pontevedra, recordaron que el proyecto que finalmente presentó la Xunta para esta carretera cuenta con el aval de los vecinos de todas y cada una de las parroquias de atraviesa el vial, dado que fue aprobado por mayoría en asambleas que se celebraron barrio a barrio. La crisis, sin embargo, provocó que el proyecto quedase aparcado en un cajón y desde entonces la Xunta no ha mostrado intención de sacarlo adelante por falta de financiación, especialmente para acometer las expropiaciones necesarias. Los últimos presupuestos del gobierno gallego siguen olvidándose de esta actuación que pretendía convertir este vial en una travesía con filosofía urbana, dotando de mayor seguridad a los usuarios (especialmente a los peatones) con al construcción de aceras y pasos subterráneos que facilitasen además las tareas agrícolas sin tener que jugarse el físico cada vez que es necesario cruzar la calzada.

Tras la reunión celebrada ayer han decidido volver a exigir la ejecución del proyecto de reforma del vial en los mismos términos en los que fue aprobado por los vecinos. Dicen ser conocedores de que la disponibilidad económica de la administración en estos tiempos es limitada, por lo que tampoco reclaman la construcción del proyecto en su totalidad de una tacada. Para ellos sería suficiente observar como el proyecto se desarrolla por fases, empezando por eliminar las principales deficiencias que presenta como es la completa carencia de aceras en puntos en los que el tránsito de peatones es muy elevado, o la construcción de algunas rotondas que permitan realizar cambios de sentido y calmar el tráfico en puntos, por ejemplo, como la famosa curva de Curro. Para hacer mayor presión ante la Xunta, presentarán una moción ante los distintos Concellos afectados (no solo Pontevedra y Barro, sino también todos los de O Salnés y especialmente Vilagarcía) para que apoyen esta propuesta para reactivar la reforma de la carretera.

El crecimiento de la población, la creación de nuevos polígonos industriales en Barro o en O Salnés con el consiguiente incremento del tráfico pesado y sobre todo "las vidas que se han perdido ya" en esta carretera creen que son motivos suficientes para iniciar este proyecto de reforma de un vial que, consideran, podría convertirse en la gran travesía que uniera Pontevedra y Vilagarcía y las convirtiera en una "gran metrópoli".