Es un convenio urbanístico firmado en julio de 2006 que ha estado salpicado desde entonces de retrasos, advertencias municipales por los incumplimientos, crisis económicas de la organización, un proyecto fracasado de un nuevo Centro de Recursos Educativos (CRE) y otros obstáculos, que han tenido totalmente en suspenso la operación, hasta el punto de que el gobierno local (con el PSOE al frente de Urbanismo en el anterior mandato) barajó incluso anular aquel convenio. Pero casi una década después, la ONCE acaba de dar señales de vida y presentar en el Concello el diseño para desarrollar un total de 31.119 metros cuadrados junto al colegio Santiago Apóstol, habilitado para levantar cinco edificios con unas 220 viviendas. Este plan establece la creación además de una nueva red viaria para conectar el entorno administrativo de la Xunta en Campolongo con la avenida de Vigo, a la altura del instituto Torrente Ballester

La comisión municipal de Urbanismo dio ayer luz verde al denominado "proyecto de equidistribución" presentado por la asociación, que detalla la ubicación de los inmuebles, el destino de todas las parcelas y las cesiones obligatorias al Concello. El documento supone rescatar una actuación que permanecía adormecida desde hace tiempo y que llegó a colmar la paciencia del Concello, que recalificó la parcela, cedió un solar de 5.000 metros en A Eiriña para el nuevo CRE (nunca ejecutado) y solo obtuvo a cambio la titularidad de la antigua residencia de la ONCE, un edificio de gran tamaño pero muy deteriorado, que ahora se ha convertido en el centro social del sur de la ciudad.

Aunque la entrega de este plan de urbanización permite aclarar el reparto de cargas y beneficios de la futura urbanización y agilizar la entrega del viejo colegio Santiago Apóstol al Concello, no garantiza que la ONCE vaya a ejecutar las obras a corto plazo, en especial los edificios residenciales, debido a las penurias económicas de la entidad y la crisis del sector inmobiliario. El gobierno local sí podría exigir, en todo caso, la apertura de los viales previstos.

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Los cinco inmuebles previstos, que ocuparán una superficie de 5.632 metros cuadrados y tendrán una edificabilidad total de 28.000 metros, se disponen alrededor de una plaza central en la que los técnicos han diseñado diversas zonas verdes (de 10.376 metros cuadrados) y algunas calles peatonales, que desembocarán en el instituto Torrente Ballester. Alrededor de la urbanización se dispone una calle de 16 metros de ancho, abierta al tráfico, y a la que se accederá desde la zona trasera del cuartel de Campolongo, mediante la prolongación de la actual calle Luis Braille.

Las complicaciones para sacar adelante este proyecto comenzaron muy poco después de la firma del convenio. El primer revés fue el fracaso del CRE. Tras meses de espera, la ONCE presentó un proyecto que recibió la licencia de obra en marzo de 2012 para una actuación presupuestada en casi 3,4 millones de euros en una parcela de 5.455 metros cuadrados. Se diseñó con tres pisos sobre rasante (bajo más dos) y una superficie construida total de 2.600 metros cuadrados y contaba con aparcamiento para uso propio del inmueble. Pero la obra nunca llegó a concretarse, hasta el punto de que en 2013 el PP aconsejaba renegociar con la ONCE un nuevo calendario, e incluso otras condiciones, para llevar a la práctica este acuerdo.

A finales de 2014 el entonces concejal de Urbanismo, Antón Louro, daba un plazo de tres meses a la entidad para dar algún paso en firme, pero la respuesta fue la misma de siempre: La situación económica que atraviesa, sin liquidez para proyectos como el Centro de Recursos Educativos de A Eiriña, impedía mover ficha. Los responsables de la ONCE reiteraron entonces la estrategia que manejan desde hace tiempo, que no es otra que encontrar algún promotor que se haga cargo de los terrenos edificables que recalificó en su día el Concello en el entorno del colegio Santiago Apóstol, de modo que se obtenga así la financiación necesaria para urbanizar esos terrenos y ejecutar el Centro de Recursos Educativos, con un aparcamiento subterráneo público, en la calle Doce de Novembro.

El BNG nunca se mostró partidario de aquel ultimátum del PSOE, e incluso hubo discrepancias entre ambos por las obras en la residencia, por lo que las advertencias oficiales a la ONCE finalizaron tras las elecciones de mayo. No obstante, el Concello no adelanta cuales serán ahora los planes de la organización de invidentes.