El Pazo da Cultura será escenario los próximos días 6 y 7 de las quintas Jornadas Gallegas de Salud Sexual, dedicadas a la diversidad sexual. Entre los ponentes estará la psicopedagoga Vanessa Rodríguez Pousada, que con Marta Lazcano Larkin expondrá la ponencia "Adolescencia, violencia e involución en los modos de relación".
-¿Se perpetúa la violencia de género entre los adolescentes?
-Hay un poco de todo, aunque a nivel legislativo estamos dando pasos adelante, sí que hay una evolución, en paralelo se están viendo vueltas a modelos clásicos de relación a nivel afectivo.
-Invertimos muchos recursos públicos en corregirlo ¿cómo es posible que se perpetúe?
-Si nos fijamos un poco en los medios y en los valores que se transmiten desde lo social si que observamos un repunte en la venta de los valores clásicos, tanto del amor romántico como de valores estereotipados sobre la masculinidad y la femineidad. Le pongo de ejemplo películas como "Crepúsculo", por citar una, donde la mujer es sumisa, el hombre es quien tiene que protegerla; también lo vemos en el tipo de música que escuchan los adolescentes, como el reguetón o el hip-hop, por supuesto no digo que todo el reguetón o el hip-hop transmitan valores heteropatriarcales, pero sí que en lo que escuchan la mayoría de los adolescentes esos valores están presentes. Incluso se puede ver en los anuncios, con un repunte de mujeres que se dedican a tareas de casas, hombres que son percibidos como más agresivos y activos y ellas presentan un carácter más sumiso. Hay una ambivalencia en lo social, por una parte hay un avance legislativo pero por otra parte desde lo social nos llegan los valores clásicos.
-También atribuye esta tendencia a la búsqueda de la identidad.
-Una parte significativa de los adolescentes de cierta forma sabe por una parte que los valores clásicos no son lo más adecuado, no de forma consciente hacen ese análisis claro pero sí que lo perciben; pero por otra parte no tienen otros modelos que les sirvan de referentes, no encuentran modelos, y ante el miedo a no ser capaces de crear una identidad nueva o sostenible, regresan a lo anterior, que lo consideran más seguro, se ven más seguros en ese modelo que conocen porque no tienen otro referente al que agarrarse.
-Resulta sorprendente que un adolescente en el año 2015 se permita el lujo de decirle a su novia cómo ha de vestir, cuando en mi generación ese comportamiento era impensable.
-Sí, es cierto, es como si en esa generación y en las anteriores se diese un paso adelante y ahora la percepción es que estamos dando un paso atrás en los modos de relación entre hombres y mujeres.
-¿Estamos involucionando en nuestros modos de relacionarnos?
-Sí, estamos involucionando en nuestros modos de relacionarnos entre hombre y mujer. Nosotros lo que vemos más claro es la falta de modelos, como que se transmite que hay una parte de los valores que heredamos que no sirve pero no somos capaces de presentar otros modelos. Por ejemplo nuestra generación valora la adolescencia y la juventud como algo muy positivo y parece que nadie quiere ser adulto, lo importante es quedarse en la adolescencia y ser joven toda la vida, es un valor muy positivo. Desde nuestra generación hay un esfuerzo por mantenerse en la juventud y los adolescentes no ven lo positivo de ser adulto, no ven nuevos modelos a los que agarrarse, y todos esos factores confluyen, no es un elemento único.
-La mujer tuvo más presente la necesidad de un nuevo modelo de femineidad, por ejemplo basado en la autonomía y el empoderamiento ¿necesitamos todavía un nuevo modelo de masculinidad?
-Sí, en el varón sobre todo se ve eso, la falta de modelos consistentes, y también el hecho de que hoy la identidad se está basando más en el tener que en el ser. Es decir, los adolescentes tienen de modelo a Cristiano Ronaldo, pero quieren tener el peinado de Cristiano Ronaldo, el coche de Cristiano Ronaldo, la identidad se crea desde el tener, tener cosas, y por lo tanto no se plantean el ser, no se hacen la pregunta de qué esfuerzo tengo que hacer para ser Cristiano Ronaldo, qué tengo que hacer para llegar a ser él. Y ahí de nuevo vemos la falta de los valores adultos, no se están transmitiendo los valores positivos de ser adultos, como se ensalza el ser adolescente toda la vida no se ve qué hay de bueno y positivo en ser adulto.
-¿Hay que insistir en el valor de cumplir años?
-Efectivamente, al final lo que estamos transmitiendo es que lo importante es la belleza física, el mantenerse joven, pero los años, la experiencia, eso todo no cuenta como valor y en ese campo los adolescentes se enfrentan a un gran déficit porque no encuentran un referente seguro al que parecerse. Es por esa falta de referentes que vuelven a valores clásicos, ya conocidos, porque ello les da más seguridad.
