Un tráfico intenso pero sin retenciones de importancia caracterizó a la mañana de ayer en los accesos a San Mauro y el cementerio de Lérez, los principales camposantos de la comarca y destinos de cientos de familias que acudían a depositar flores en el día de Difuntos. Fue una escena mil veces repetida en Poio, Marín, Cotobade, Campo Lameiro, Caldas... En donde se sucedieron los oficios religiosos en memoria de los Difuntos.

El buen tiempo que definió a la jornada facilitó los últimos trabajos de limpieza, después de que en las jornadas anteriores inoportunos chubascos amenazasen con deslucir los trabajos de adecentamiento realizados en nichos y panteones de toda la comarca. Un año más, los panteones de la etnia gitana destacaron por su intensa decoración, floral y también en forma de velas e imágenes dedicadas a los fallecidos. Siguiendo la tradición, estas familias reunieron a todos sus miembros desde primera hora ante los panteones de sus deudos para acompañar durante toda la jornada a los antepasados ya desaparecidos.

Con todo, no hubo momentos de aglomeración sino que las familias acudieron escalonadamente a lo largo del puente para realizar trabajos de limpieza y depositar las flores. Los más rezagados todavía tuvieron una oportunidad ayer de adquirir flores en los puestos que se instalaron en la plaza de A Ferrería. Los centros salieron a la venta a precios alrededor de 15 euros y pudieron adquirirse en la decena escasa de puestos que se instalaron ayer en A Ferrería, tras la jornada anterior en la que más de 30 floristas y cultivadores ofertaron sus productos.

Dulces típicos

Y tras acudir al cementerio y recordar a los fallecidos, no pocas familias cumplieron con otro de los ritos asociados a este fin de semana festivo, la de dar buena cuenta de los tradicionales huesitos de santo en las comidas familiares con los abuelos, tíos y padrinos. Los huesos de santo son, con los buñuelos, los postres estrella en el Día de Todos los Santos y el regalo por excelencia de los abuelos para acompañar la jornada.

Los huesitos se ofertan en su tradicional receta a base de mazapán pero año a año ganan terreno otras preparaciones con sabor a limón, praliné, fresa o chocolate. Por su parte, los buñuelos pueden elegirse de crema y de nata. Y como tercera alternativa, las pastelerías despachan las roscas, que también tienen demanda en estas fechas para disfrutar en familia.

Y si unos optan por quedarse en casa para disfrutar de los allegados, otros aprovechan el puente para acudir a la aldea de la que son originarios o a la casa de los abuelos para depositar las flores en los cementerios de cada localidad. Otro grupo, el más reducido, optó por viajar. Las agencias de viajes explican que en estas fechas de Todos los Santos y Difuntos los preferidos son los destinos cercanos, a la cabeza Portugal. Ciudades como Lisboa, Oporto y Guimarães son las preferidas por los pontevedreses para pasar estas fechas.

Asimismo, otros destinos son Asturias y Cantabria. A muy larga distancia se sitúan capitales europeas como Londres, París y Berlín, "elegidas en algunos casos para pasar el fin de semana", señalan las agencias de viajes. A cambio, la ciudad también recibe un turismo de proximidad, en su gran mayoría procedente de Castilla y León, Asturias, Cantabria y el Norte de Portugal.