"El balance que hacen los decanos de estos 25 años de andadura de la facultad es bastante positivo", señala Silvia Díaz, "destacan especialmente el equipo humano y la comunidad que se formó, todos ellos cuentan que entraron como profesores y decanos personas muy jóvenes y eso hizo que la facultad tuviese un espíritu joven y de colaboración, siempre hubo un buen clima, una cercanía a los alumnos".

-También hubo conflictos...

-Los hubo y también quedaron reflejados en la mesa redonda que celebramos los decanos, del 94 al 95 se cambió del antiguo Hospicio a la sede actual, en el cuartel de San Fernando, que estaba completamente vacío, hubo un encierro de los alumnos, conflictos para cambiarse de edificios pero posteriormente la comunidad que se creó ha hecho que alumnos y profesores se sintiesen muy unidos.

-¿Sigue siendo una facultad con espíritu joven?

-Sí, lo sigue siendo realmente, la puesta en marcha de esta facultad coincidió con la creación de la propia Universidad de Vigo, fue la primera titulación que empezó en 1990 en Pontevedra, estaba Magisterio y Enfermería, nació con la propia Universidad de Vigo y esa juventud nos ha permitido reinventarnos a cada paso porque no había tradición en Galicia de este tipo de enseñanza.

-¿Cómo fue evolucionando el centro?

-Los decanos también han destacado que se fue reinventando de forma obligada porque la burocracia impuso un cambio, por el Plan Bolonia se tuvo que pasar de licenciatura a grado sin que fuese algo que demandase la universidad sino que se impuso; todos pensábamos que era mejor una licenciatura de 5 años que un grado de 4 pero nos tuvimos que adaptar, no nos quedó más remedio.

-¿Tiene la facultad cada vez una mayor presencia en la ciudad?

-Algunas personas lo ven al revés, consideran que con las reivindicaciones antes salíamos más a la calle, pero yo les digo que quizás con las reivindicaciones estábamos más en la calle pero ahora somos más prudentes y los alumnos piden permiso para ocupar los espacios públicos, saben ya en la madurez de la facultad que hay que pedir permiso para instalar algo en un espacio público y que no se haga daño un peatón que pasa cerca. Creo que la presencia en Pontevedra se normalizó, también porque Pontevedra tiene una actividad cultural que propicia esa presencia, quizás en una ciudad más grande se diluiría más pero también por la propia escala de la ciudad la presencia de Bellas Artes se nota.

-¿Cómo les ha afectado la crisis?

-Por supuesto nos vemos afectado por ella, teníamos un plan de una facultad nueva que no se llegó a construir, y echamos en falta que no llegue a haber una industria artística, una industria cultural, el propio sistema de galerías ha adelgazado, volvemos a ver la precarización de la cultura, que sabemos que está mal pagada, y por todo ello también estamos muy contentos de que se forme una asociación de ex alumnos y que ayuden a visibilizar lo que hace un profesional, para que no nos sigan diciendo "te damos la oportunidad de exponer gratis", porque así los artistas no se ganan la vida. Piense que en una exposición en un museo cobra el carpintero, el de las luces, el director, todos menos el artista.

-En este 25 aniversario la Facultade de Belas Artes también incide en la importancia de los coleccionistas.

-Queremos que la gente se anime a coleccionar arte de gente joven, por eso hoy (por ayer) tenemos una feria de arte donde se puede ver que contrariamente a lo que se dice en los medios de que el arte es muy caro, no lo es, puedes comprar una serigrafía o un grabado por 100 o por 25 euros, de modo que el arte que se está haciendo es accesible y nos gustaría que el coleccionismo también mejorase.

-¿Cómo es el perfil del alumnado? ¿Es muy potente la cantera creativa de Galicia?

-Sí lo es, afortunadamente cada vez la gente se forma más, en este acto académico por ejemplo va a actuar un grupo musical formado por alumnos y en general hoy los estudiantes que nos llegan ya vienen con sus propios intereses, algunos ya hacen cómic, otros ilustración, otros saben música, y lo bueno es que nuestros estudios se pueden compatibilizar con esos intereses. La minoría de nuestros alumnos serán artistas de galería y de museo, pero habrá muchos ellos que serán muy buenos diseñadores gráficos, muy buenos ilustradores, algunos alumnos acaban trabajando haciendo videojuegos, por lo tanto son muy amplias y numerosas las vías que se les presentan.