Justo tres años después de su declaración como Área de Rehabilitación Integral (ARI), el casco viejo ya dispone de los primeros fondos para actuar en sus viviendas, después de firmarse el pasado martes el convenio por el que el Estado aporta 750.000 euros a este barrio y al de Estribela. Sin embargo, todo apunta a que no habrá obras hasta 2016, dado que aún debe superarse diversos trámites para que los propietarios dispongan de las subvenciones estipuladas. Así lo admite el gobierno local que a partir de ahora aún debe elaborar una ordenanza que regula la concesión de estas ayudas y convocarlas. El proceso podría agilizarse ya que se cuenta con la experiencia de varios años en Estribela, pero aún así toda la documentación requiere de semanas de tramitación.

Pontevedra recibirá del Estado 750.000 euros, 302.000 de ellos este año y 448.000 en 2106, si bien la ejecución de las obras queda reducida a un año, el próximo pese a forma parte de un plan estatal de vivienda cuatrienal, 2013-2016.

El centro histórico fue declarado ARI en octubre de 2012 y desde entonces aguardaba por unos fondos que se destinarán en su mayor parte a subvencionar los proyectos de mejora que impulsen los propietarios de los inmuebles. El recorte inversor para este tipo de actuaciones por parte del Ministerio de Fomento y la retirada de la Xunta de la financiación ha provocado una notable caída en las previsiones iniciales y los 48 edificios en los que se pretendía actuar hasta finales de 2016 se quedarán en 27, con unas 100 viviendas implicadas.

Finalmente el Estado aporta unos 750.000, el Concello algo más de 320.000 y los propietarios tendrán que destinar algo más de un millón de euros. De esos fondos, unos 228.000 euros se destinarán a actuaciones públicas.