Tres semanas después del último accidente mortal en la denominada curva de Curro y tras la campaña de protesta iniciadas por las víctimas de siniestros en este punto negro, así como vecinos del lugar, las máquinas y los obreros contratados por la Xunta de Galicia aparecían ayer en este tramo de la PO-531 que une Pontevedra y Vilagarcía para tomar medidas correctoras que mejoren la seguridad vial en la zona.

Fuentes de la Consellería de Infraestructuras e Vivenda explicaban ayer que la mejora que se lleva a cabo en este tramo consisten en la rehabilitación del firme en la zona de tres carriles que discurre por delante de la gasolinera de Curro, la más problemática y escenario de múltiples accidentes, la mayoría de ellos relacionados con salidas de vía de vehículos estando la carretera mojada. Desde la Xunta reconocían ayer que estos tramos "cuentan en la actualidad con un pavimento asfáltico que por la acción del tráfico y de los agentes atmosféricos fue perdiendo la calidad del servicio exigida" de ahí que se inician estos trabajos en los que se va a aplicar "un microaglomerado que permitirá aumentar la adherencia de la capa de rodadura" además de prolongar la vida útil de esta infraestructura. Estaba previsto que los trabajos pudieran finalizarse en la jornada de hoy si finalmente los operarios no remataban su trabajo ayer.

No es el único "punto negro" de la comarca en el que decidió actuar la Xunta. Adoptó una medida similar en la carretera PO-305 que une Saiar y Vilagarcía, en Caldas de Reis, y que padece problemas de adherencia similares a los de la curva de Curro. La hemeroteca está llena de noticias de salidas de vía e este vial que conecta Caldas y Vilagarcía a través del alto de O Pousadoiro. La inversión entre las dos actuaciones es bastante sencilla, un total de 35.000 euros para unas actuaciones que se ejecutan mediante el contrato de conservación integral.

La polémica en torno a este "punto negro" en la PO-531, una de las más saturadas de la red autonómica en la provincia con aforos que llegan cerca de los 20.000 vehículos diarios en verano, se reabrió a principios de mes después de que el día 4 un vecino de Vilanova perdiera la vida y otros cuatro resultasen heridos en una aparatosa colisión.

"A ver si es suficiente"

Este siniestro motivó que los vecinos de los núcleos de población por los que atraviesa la carretera entre Pontevedra y Vilagarcía, y especialmente los de la parroquia de Curro, reactivasen la Plataforma de la PO-531 y reclamasen la adopción de medidas urgentes para frenar la elevada siniestralidad en este tramo del vial. Su portavoz, Manuel Corredoira, daba la bienvenida ayer a medidas de mejora del asfaltado como la que ayer se estaba llevando a cabo pero insistía en que las reformas tienen que ser más profundas. "Vamos a ver si esto es suficiente", explicaba Corredoira, quien exigía la construcción de una rotonda en el entronque de la PO-531 con el polígono de Sequeiro que permita calmar el tráfico en la zona y que los vecinos puedan realizar cambios de sentido de forma segura en este cruce.