La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra acaba de condenar a una pena de 10 años de prisión a un histórico del crimen de la provincia, Genaro Solla Moares, como autor de un delito de malos tratos y del intento de homicidio de su compañera sentimental tras arrojarla desde la ventana de un segundo piso en la vivienda en la que ambos residían en la calle Víctor Said Armesto de la ciudad del Lérez.

La sentencia también le impone más de 18 años de alejamiento con respecto a la víctima y el pago de una indemnización de 20.000 euros por las graves heridas que sufrió la mujer al precipitarse contra la acera desde un segundo piso.

El tribunal impone a Genaro Solla Moares, nacido en Bueu hace 48 años, una pena de un año de cárcel por una primera agresión que la víctima sufrió el 25 de julio de 2013 cuando en las proximidades del domicilio de ambos la golpeó dándole puñetazos y patadas y tirándola al suelo ocasionándole, entre otras lesiones, una fractura de nariz.

"Ya maté a dos personas"

Meses después, el 6 de noviembre de 2013 se produjo el incidente por el que es condenado a 9 años de cárcel por intento de homicidio. Según se recoge en el relato de hechos probados, el acusado agredió a la mujer dándole un puñetazo y amenazándola le dijo "te voy a matar, ya maté a dos personas". La amenaza de Genaro Solla no era un farol, puesto que en 1995 fue condenado por un delito de homicidio a 15 años de prisión por acabar con la vida de un recluso en la antigua cárcel de Vigo y tiene un amplio historial por agresiones anteriores, algunas de ellas con arma blanca. Según el fallo, después de un forcejeo en el que se pegaban ambos, la mujer logró acercarse a una ventana, abrirla y pedir auxilio. El acusado le gritó de nuevo: "Verás como ahora te mato, de aquí no sales viva" y cumplió su amenaza llegando por detrás y "agarrándola por las piernas" la lanzó por la ventana al vacío. La mujer sufrió numerosos traumatismos y fracturas, con afectación de órganos como los pulmones, pero sobrevivió. Y su testimonio, "persistente" y "sin contradicciones" fue clave en el juicio celebrado el pasado mes de septiembre para condenar a Genaro Solla. El fallo destaca que las lesiones que sufrió la mujer son compatibles con las de una persona "que es arrojada desde un edificio o que se cae desde un edificio" algo que complica la posibilidad de una caída accidental como sostenía el acusado.

El tribunal aplica las circunstancias agravantes de reincidencia y parentesco al acusado, aunque también un atenuante al reconocer que el hombre actuó con sus facultades volitivas ligeramente mermadas como consecuencia de su adicción a las sustancias estupefacientes.

En el historial delictivo de Genaro Solla consta esta pena anterior de 15 años de prisión por un delito de homicidio y otro de lesiones que fue firme en junio de 1996 y que se habría extinguido con fecha de 22 de octubre de 2002. Según las informaciones publicadas entonces, el acusado cumplía condena en la antigua cárcel de Vigo y allí durante una refriega acabó con la vida de un recluso e hirió a otro.

No obstante, el tribunal tiene en cuenta este antecedente debido a que desde entonces volvió a delinquir al menos en 2004, siendo condenado por atentado en 2005.

También fue condenado a dos años y medio por homicidio imprudente tras un incidente en el que hirió de arma blanca en la playa d Rodeira de Cangas a un hombre, Andrés González Otaño, que falleció como consecuencia de un fallo cardíaco tras la refriega con el ahora condenado, aunque el fallo concluyó que las lesiones de arma blanca en los dedos que este le causó no fueron la causa de la muerte. En 2013 residía en Pontevedra y mantenía una relación con la víctima que estaba marcada por el consumo de drogas.