Pontevedra, Poio y Barro son los municipios de la comarca que registran un crecimiento de población positivo en lo que va de año, según los datos del año cerrados a 31 de julio por el Instituto Galego de Estatística (IGE). En la capital, el saldo vegetativo (es decir, la diferencia entre el número de nacimientos y el de defunciones), es de 20 personas en este período, al haberse computado 681 nacimientos frente a 661 fallecimientos. El cómputo en la comarca sin embargo es negativo, ya que en este espacio de tiempo nacieron 993 nuevos vecinos, mientras que murieron 1.077 personas, lo que supone un saldo vegetativo de 84 individuos menos.
Son algunos de los datos que recoge el Instituto Galego de Estatística a través del INE, una vez corregidos datos anteriores. Desde hace unos años Pontevedra es la única ciudad gallega con un crecimiento vegetativo positivo.
En el caso del Concello de Poio, el crecimiento natural de la población ofrece un balance positivo de 31 personas en este período, al haberse incorporado al padrón municipal 161 nuevos vecinos, frente a los 130 que han causado baja por fallecimiento.
El otro municipio en números positivos en cuanto al saldo de población natural, Barro, presenta unas cifras más simbólicas. Han nacido 35 personas y han fallecido 30, con lo que el balance a favor es de solo 5 individuos.
En negativo
Por el contrario, se sitúan en números rojos de crecimiento vegetativo municipios tan importantes como Marín, Sanxenxo o Caldas de Reis, así como todos los demás de la comarca. Hasta el 31 de julio pasado en Marín habían venido al mundo 171 personas y lo habían abandonado 208, lo que ofrece un saldo negativo de 37 individuos. El balance también es desfavorable en toda la comarca de O Morrazo, donde el cómputo es de 48 personas fallecidas por encima de las nacidas.
Sanxenxo cedió en este cómputo de crecimiento natural de población un total de 18 personas, ya que en el municipio vieron la luz por primera vez 124 niños y niñas, mientras que fallecieron 142 personas.
En la capital del Umia, Caldas de Reis, el balance es decreciente en 25 residentes. En la villa termal habían nacido hasta el pasado 31 de julio 74 personas, mientras que fallecieron 99, lo que supone una caída en 25 habitantes. El Instituto Galego de Estatística hace un balance igualmente negativo para la comarca de Caldas, con 113 individuos en números rojos.
Cae también el crecimiento natural de los municipios de Vilaboa, Ponte Caldelas, Cotobade y Campo Lameiro, con 38, 26, 25 y 19 habitantes menos, respectivamente.
El envejecimiento poblacional al que Pontevedra tampoco es inmune sigue aumentando en Galicia. Pero la ciudad asume en mejor posición las perspectivas demográficas para los próximos lustros.
La provincia sitúa la edad media de su población en los 44 años, la más joven de Galicia y registra también la mayor densidad de población de la comunidad autónoma: 212,5 habitantes por kilómetro cuadrado, frente a los 143,2 de A Coruña, los 44,9 de Ourense y los 35,1 de Lugo.
En el municipio de Pontevedra el porcentaje de población menor de 20 años se sitúa en el 19 por ciento, según los últimos datos registrados por el IGE, mientras que la población de 65 años o más se sitúa en el 18,1. Estos datos son inversos en el conjunto de la comarca de Pontevedra.
En el último padrón de habitantes de la capital se contabilizan 82.946 habitantes, de los cuáles 43.601 son mujeres y 39.345 son varones.
Marín reúne a 25.329 vecinos según los datos del INE cerrados en febrero de este año, mientras que Sanxenxo tiene 17.543, Poio 16.794 y Caldas de Reis 9.895 habitantes.
Otro de los datos de los "movimientos naturales de la población" recopilados es el del número de matrimonios, un fenómeno que mantiene una notable tendencia a la baja, en especial desde 2008. El pasado año fueron 268 las parejas que se casaron en el municipio de Pontevedra, el segundo índice más bajo desde 1996, solo por delante de las 260 bodas de 2013. Muy lejos quedan años como 2001 (428 matrimonios) o 2007 (431).
A lo largo del pasado año solo hubo 22 ceremonias al mes, aunque concentradas entre mayo y octubre, con el 77% de los casos. Así, en enero solo hubo 8, al igual que en marzo y noviembre, 11 en febrero y diez en diciembre. Agosto fue el de mayor abundancia, con 52, seguido de las 46 de septiembre.
