La lucha contra la violencia de género debería excluirse del debate político pero ayer se convirtió en el eje de una agria discusión entre los grupos municipales a raíz de una petición conjunta del PP y Ciudadanos sobre la convocatoria de las concentraciones de repulsa y su "politización".
La concejala del PSOE Paloma Castro reprochó al PP que intente "convocar concentraciones paralelas a las feministas para no escuchar sus vergüenzas", pero el tono del debate se elevó con la edil del BNG Carme Fouces, cuando hizo un comentario sobre las "mociones de chicos" y las "mociones de chicas", en referencia a las que retiró Marea sobre las cuentas municipales o la Cámara de Comercio, pero sí mantuvo acerca de comedores escolares. El comentario fue mal aceptado por los demás grupos hasta el punto de que la edil acabó retirándolo.