En septiembre de 2006, justo antes de que arrancara la crisis económica, el número de afiliados a la Seguridad en el municipio de Pontevedra era de 42.376 personas, en especial en el régimen general, el más habitual para los trabajadores por cuenta ajena. Justo una década después, esa cifra experimenta un descenso notable, de más del 10%, con 4.433 altas menos que entonces. Paralelamente, las cifras del paro registrado en la ciudad en el mismo periodo han registrado un aumento muy destacado, al pasarse de los 4.271 desempleados inscritos en septiembre de 2006 a 7.179 en la actualidad, es decir, un 68% más. La diferencia de afiliaciones es aún mayor si se acude a septiembre de 2007, cuando se llegó a las 43,787 altas. A partir de ahí, con la crisis económica ya asentada, el balance es decreciente, sin excepción.

Por tanto, mientras el número de anotados en las oficinas del paro se elevó en casi tres mil personas, la caída de las afiliaciones a la Seguridad Social fue más elevada, de 4.400 personas. Al margen del cierre de empresas y otros efectos de la crisis sobre el territorio, los sindicatos y las cifras estadísticas ponen de manifiesto que esta diferencia entre ambos datos se debe en gran parte a la emigración. De hecho, se calcula que solo en 2014 algo más de 3.600 personas de la comarca se fueron a vivir a otras comunidades autónomas o al extranjero. La mayoría de ellas tienen edades comprendidas entre los 16 y los 54 años. El municipio de Pontevedra fue el que registró el mayor número de emigrados, con casi 2.400.

Un elemento que parece confirmar este éxodo en especial en el sector juvenil es el paro registrado en estos diez años entre los menores de 25 años. Según la extinta Consellería de Traballo e Benestar, en septiembre de 2006 estaban registrados en las oficinas de empleo 446 jóvenes, el 10% del total, mientras que actualmente son 394, el 5,5% de todo el desempleo inscrito en el municipio. Si la cifra no es mucho mayor es porque la mayor parte de ellos opta por no registrarse o busca su futuro más allá de nuestras fronteras.

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Otro aspecto llamativo de la comparativa entre las altas de la Seguridad Social de hace una década y las actuales es la práctica desaparición de los afiliados a los regímenes agrario y del mar. Aunque Pontevedra nunca fue un municipio especialmente dedicado a esos sectores primarios, las afiliaciones en esta capítulo han caído más de un 55% desde entonces, hasta el punto de que a día de hoy apenas son 22 los inscritos en el régimen agrario (frente a los 269 de hace diez años), y 228 en el de Mar, cuando entonces eran 293.

En todo caso, el régimen más castigado es el general, habitual en los sectores que generan mayor actividad económica, como la industria. De 35.363 afiliados hace diez años, ahora son 30.718 y esta drástico descenso no se ve compensado con ningún otro sector. Solo el de los empleados del hogar experimenta un aumento considerable, al pasar de 828 a más de 1.600 afiliados, pero este crecimiento se debe a la regularización del sector que se llevó a cabo en enero 2102, que incrementó este censo en un 80%.

Tampoco se compensa la caída general con el número de autónomos, una forma de trabajo a la que acuden muchos anteriores asalariados cuanto pierden su empleo anterior. La variación en este sector es más suave que en otros, apenas de un descenso del 4,5%, al pasar de 5.600 a algo menos de 5.400 en estos diez años.

Los 37.718 afiliados de septiembre de 2015, la última cifra oficial del Ministerio de Empleo, significan un leve incremento en la variación interanual, toda vez que en septiembre de 2014 las altas registradas eran 37.671. De hecho, el pasado mes fue el tercer peor de los nueve ya transcurridos de todo el ejercicio, solo por delante de agosto y marzo.