-Afirma que la II República tuvo un efecto multiplicado en el rural.

-Es un efecto que en Pontevedra no vi, la gran novedad es la II República, fue un salto equivalente a la Revolución Francesa, no se puede imaginar, en Pontevedra ya había un desarrollo y no se nota tanto, pero en Cotobade todas las sociedades se convierten en casas del pueblo y hay un cura que imprime un libro en 1938 diciendo que el concello está plagado de socialismo, la acusación de ese cura es la mejor defensa que se puede hacer de la República, la gente dejó de casarse y enterrarse en la iglesia, se había acabado el miedo al infierno de un plumazo y, claro, destemidos todos están dispuestos a cambiar todo, al agrarismo, a crear bailes, a ir al teatro o a comprar una biblioteca, como denuncia el cura, que critica que no se contentan con leer sino que hacen escuelas nocturnas para los mayores analfabetos y lecturas públicas, que traen libros de Barcelona y los coleccionan y se escandalizan de que las mujeres acudan a las sociedades. Es por todo ello que posteriormente consideran al franquismo una cruzada, porque habían perdido todo el poder. La República significa un cambio total, por eso lo que vino fue dramático, después de que la gente haya alcanzado la libertad apareció esa cosa sangrienta que fue el franquismo con sus matones, que por las noches empezaron a matar a los más destacados en las cunetas.

-De los más destacados de la comarca durante la guerra civil, tanto víctimas como verdugos, eran de Cotobade

-Unos y otros, hubo muy destacados de los socialistas, también de los de Pontevedra, y de los matones, el jefe de los cívicos era Víctor Lis Quibén, que fue el jefe de los asesinos de Pontevedra y comarca, un caso tremendo.