Otro de los "caballos de batalla" al que debe hacer frente García Legísima en esta andadura como nuevo concejal de Mercados es el relativo a la Plaza de Abastos, un recinto que no logra despegar desde hace unos años y los intentos de revitalización apenas han dado frutos. Aunque se llevó acabo a finales del mandato pasado una oferta de los numerosos puestos vacíos, apenas se cubrieron vacantes y la planta alta tan solo cuenta con un par de bares, algún puesto de carne y productos ecológicos y las bancadas de fruta. La mayor parte de la actividad se concentra en la planta baja pero aún no se ha logrado unificar todos los puestos en ella.

El concejal se reafirma en esa idea, pero admite que resulta "complejo" el traslado de los dos bares. También apuesta por conseguir la ocupación de las bancadas vacías en el bajo, bien mediante su alquiler provisional a los vendedores colindantes, u ofreciendo una concesión temporal a nuevos emprendedores que quieran probar a montar una bancada de venta de pescado u otros productos.

En todo caso, cualquier avance al respecto aún está muy verde y tampoco está definido qué hacer con la planta alta si se logra realojar a todos los vendedores en la baja. El asunto también fue objeto de análisis en el borrador de ordenanza elaborado a finales del mandato anterior. En aquel documento se trabajo se abría la puesta a admitir nuevos negocios que no son posibles actualmente. Bares y restaurantes, locales culturales, negocios de delicatessen e incluso un supermercado son posibilidades que tendrían cabida en el recinto. No obstante, no está decidido que ahora se vaya a apostar por esa vía.

La ordenanza también abogaba por actualizar la normativa de la lonja de pescado y marisco, un capítulo que también preocupa a García Legísima, toda vez que este punto de "primera venta" también presenta un descenso paulatino de su actividad.

La apertura por las tardes, la oferta de actividades no comerciales para atraer clientes y otras fórmulas se han puesto siempre sobre la mesa pero sin éxito, con el agravante de que el edificio precisa de algunas mejoras.