Basura, maleza, plantas invasivas, talas furtivas, ganado equino torturado con "trancas" ilegales. La laguna de Castiñeiras y su entorno, el monte de Cotorredondo, sufren las consecuencias de haber dejado de ser un parque forestal que antaño atraía a numerosas familias como zona de recreo. Desde que se han prohibido los asados en sus merenderos, el parque ha caído en el abandono. Hace años que los distintos colectivos vecinales y comunidades de la zona vienen denunciando esta situación, que ahora tratan de evitar las comunidades de montes de San Xulián, Santomé, Santa Cristina y Vilaboa, con la creación de la Fundación Lago Castiñeiras-Cotorredondo. La iniciativa, por el momento, no ha tenido respuesta activa por parte de las administraciones públicas.

La Plataforma en Defensa dos Montes do Morrazo ha denunciado también el deterioro de este parque forestal y arqueológico, "que se viene produciendo en los últimos años por responsabilidad de la Xunta de Galicia, la administración que lo gestiona", explica. Según denuncia este colectivo, la administración autonómica "no cumple con su deber de mantener el entorno limpio y en condiciones".

Para la Plataforma en Defensa dos Montes do Morrazo esta situación se agravó precisamente desde la creación de la Fundación Lago Castiñeiras-Cotorredondo, que no ha dejado de ser un proyecto.

Biomasas de matorrales y zarzas incontroladas, vertederos de basura por los alrededores, invasión de acacia negra, falta de atención a las masas arbóreas, cortas indiscriminadas de pinos, abandono de los restos de dichas cortas, el deterioro de la señalización, además del mal estado general de la laguna, son las consecuencias del abandono que denuncia Montes do Morrazo. El colectivo exige a la Xunta una "urgente actuación de limpieza y cuidado del patrimonio natural y cultural" de este parque de la naturaleza y unas "mínimas condiciones de salubridad y saneamiento", previo al traspaso de su gestión a la Fundación y las comunidades de montes de Marín y Vilaboa.