Antonio Casal, director de la fábrica de Ence en Pontevedra, se declaró ayer "aburrido del mensaje populista y demagógico" de los que defienden el traslado de la pastera ubicada en Lourizán, y pidió que se busquen "soluciones reales y viables" para mantener en la ciudad del Lérez una compañía que genera "directa o indirectamente", según hizo público la empresa, el 28,7% del PIB forestal de Galicia.

Reiteró la postura de la compañía de que "el cambio de ubicación no es posible, no se puede construir una fábrica de celulosa en este área que sea competitiva", antes de solicitar que se establezcan, llegado el caso, "las mayores exigencias pero no hay que empeñarse en lo imposible".

Casal afirmó que Ence tiene interés en que este tema se resuelva cuanto antes. "Estamos en tiempo de descuento", afirmó, porque la compañía necesita invertir "para ser competitiva y seguir produciendo" y para realizar desembolsos que mejoren la actual fábrica de Lourizán"necesitamos seguridad".

Así, no cree que el actual Gobierno haya de esperar a las próximas elecciones generales del 20 de diciembre para tomar una decisión sobre la permanencia de Ence en la ría de Pontevedra. "No veo necesidad de que haya que esperar nada" a un nuevo ejecutivo, afirmó.

"Más del 30% del empleo forestal en Galicia se genera a partir de la actividad de Ence", señaló Alejandro Oliveros, director de ordenación forestal de la compañía, durante la presentación de un estudio realizado por investigadores de la Escola de Enxeñería Forestal que vuelve a refrendar el decisivo peso de la pastera en el sector forestal gallego.

Analizaron más de 250.000 operaciones comerciales (el 75% dedicadas a adquisición de madera, el 5% a transporte y el resto a actividades asociadas) en 4 años, un periodo en el que una parte de las compras se realizaba en Portugal, "pero si el cálculo fuese solo de 2015 ese resultado sería más significativo", señaló el director de la fábrica, porque Ence "compra ya el 100% de la madera en Galicia, de 260 camiones que entraban unos 110 venían de Portugal y ahora lo hacen desde Galicia".

Entre 2011 y 2015 Ence compró madera en Galicia por valor de 388 millones de euros, según el informe presentado ayer, y adquirió bienes y servicios forestales, diferentes a la propia madera, por unos 104 millones de euros. Expresado de otro modo: adquiere cada año madera por valor de 122 millones y destina otros 25 a productos y servicios (camiones, talas, trabajos en el monte...).

Se trata de una actividad económica de la que participan "entre 20.000 y 30.000 familias gallegas", según los autores de la investigación.

"De los análisis de los investigadores de la Universidad de Vigo se concluye que tan solo en labores de silvicultura la demanda anual de madera de la empresa genera cerca de 178.000 jornales en los montes cada año; o que es el subsector del papel el eslabón de la cadena forestal-madera en Galicia que genera una mayor productividad por hora trabajada".

La actividad forestal de Ence se repartió en el citado cuatrienio por 189 municipios gallegos: la práctica totalidad de los de A Coruña, en el 88,71% de los de Pontevedra, el 52,2% de los lucenses y alrededor del 4% de los ourensanos", según el informe que expuso la investigadora Fátima Otero.

"Compramos cada año a alrededor de 1.800 propietarios", con lo que también se consigue, precisó el director de la fábrica, contribuir a fijar población en el rural gallego.

Las compra se realizan a asociaciones, propietarios privados y suministradores que llevan directamente madera a la fábrica. Su director negó que ejerzan un monopolio en los precios: "Es cierto que somos un comprador importante de madera pero no somos los únicos; no fijamos precios, a una fábrica de celulosa no le interesa que sean excesivamente bajos o nadie planta madera, han de ser justos, razonables y competitivos y en una economía de mercado esto se regula automáticamente".

Frente al reto que plantea el minifundismo, Ence trabaja con los propietarios para hacer una gestión de coto redondo, según señaló su director de ordenación forestal. Por su parte, el director de la fábrica detalló en este punto que "en 4 años Ence ha invertido unos 12 millones para ayudar a los propietarios a certificar madera, la mayoría son pequeños productores y les resulta difícil obtener la certificación, que se necesita para garantizar la sostenibilidad y poder acceder a mercados muy responsables medioambientalmente".