La empresa Funespaña, cuyo polémico proyecto de crematorio detrás del cementerio de San Mauro no registra avances desde hace meses, aseguró ayer que la iniciativa "sigue adelante", pero se mostró dispuesta a "estudiar otras alternativas" de ubicación "si nos las presentan". Así lo aseguró ayer José Vicente Aparicio, subdirector general de la empresa, en una reunión con vecinos de A Parda y todos los grupos municipales, salvo el BNG, destinada a "buscar una solución" al conflicto por el emplazamiento de ese futuro horno por su proximidad a las viviendas de A Parda.

Pese a que Funespaña "no se niega" a una hipotética permuta por otro terreno, sí establece que esa ubicación alternativa debe cumplir unas condiciones similares a la actual, y subraya que "nosotros no la tenemos que presentar", un papel que corresponde al gobierno local. Sin embargo, su ausencia de la reunión de ayer ofrece escasas esperanzas de que el BNG se implique en esa negociación, una actitud que fue duramente criticada por Luís Rei (portavoz de Marea) y el popular Jacobo Moreira, dos de los promotores del encuentro de ayer.

Aparicio quiso dejar claro que "nosotros no vamos a parar el proceso" para construir su complejo funerario" si bien abre la puerta a esa hipotética negociación si antes de comenzar las obras "nos ofrecen una alternativa que sea beneficiosa para todos". Justifica el retraso de su proyecto en "informes de la Xunta y en trámites" de las administraciones "que no nos corresponden a nosotros", lo que hace que "vaya más lento de lo deseable", y ratifica su proyecto pese a que acaba de abrir otro horno en la comarca, el de San Marcos en A Reigosa y la demanda no sería suficiente para los dos, como el mismo Aparicio admitía hace un año. "Estamos hablando de otro nivel de servicio, de crear un espacio próximo al cementerio que incluye salas de atención familiar, tanatorio, salas de ceremonia para personalizar los ritos y con el crematorio como un servicio más". Además apeló a una nueva normativa europea "mucho más rigurosa" en materia de incineración para garantizar que este segundo recinto sería viable.

¿Quien busca la alternativa?

El principal obstáculo para lograr que Funespaña abandone San Mauro es localizar una ubicación alternativa, como exigieron ayer los vecinos asistentes a la reunión. Aparicio ya dejó claro que la empresa no dará ese paso y a la vista de la ausencia del BNG, tampoco el gobierno local parece dispuesto a ello. Rei, portavoz de Marea reprochó ayer al gobierno local que "no haya hecho nada, ni un intento, por encontrar una solución satisfactoria", y se muestra esperanzado de que "lo de hoy sirva para buscar una solución". No obstante, la oposición tampoco dispone de un terreno alternativo que ofrecer. María Rey, concejala de Ciudadanos, explicó que estas opciones "aún no se han estudiado, pero creo que vamos a ponernos a ello", aunque lo más probable es que la oposición se una para tratar de forzar al gobierno local a implicarse en una batalla en la que el BNG no quiere entrar. Jacobo Moreira considera "positiva" la actitud de la empresa y calificó de "triste" la ausencia del alcalde, porque "es él el que tiene que mover ficha".

El crematorio de Funespaña acumula más de una década de trámites desde que una anterior empresa, Sempsa, inició el proceso para su autorización. A finales de 2012 se originó una fuerte polémica por la proliferación de proyectos en la ciudad, que derivó en una nueva normativa municipal que impide ejecutar todos los crematorios previstos en suelo urbano, salvo el de Funespaña, ubicado muy cerca de la ciudad, pero en suelo rústico.