La única normativa sobre la ubicación, tamaño y dimensiones de los "lombos" es la elaborado en 2008 por el Ministerio de Fomento, pero sus recomendaciones solo son de aplicación en las carreteras estatales, por lo que todo el casco urbano y las vías municipales no están sujetas a sus determinaciones. Esta orden establece el ancho máximo de la "meseta" en cuatro metros y su altura, en diez centímetros, con una pendiente en las rampas entre el 4 y el 10% según la velocidad. Además, se aconseja que entre uno y otro haya una distancia mínima de 50 metros. Estas directrices son las que esgrime el PP para basar la ordenanza que anuncia para los próximos días con el fin de forzar al gobierno local a regular todos los "lombos", más de 300 en la ciudad.

Hasta que se consume esa posibilidad, el gobierno local asienta su política de "pasos elevados" en un informe técnico de 2010 que reúne toda la normativa existente al respecto, más bien escasa. Además de la citara orden de Fomento, hay otra de Vivienda, de 2010, que establece que "siempre que se considere necesario se podrá aplicar la solución de elevar los pasos de peatones en toda su superficie al nivel de las aceras". Se apunta que esta orden se refiere a la accesibilidad y "sí es de obligado cumplimiento para todas las administraciones, incluidos los concellos y las calles urbanas". El informe municipal apunta que "se regulan con mucho detalle las características de las soluciones aplicadas y no refleja limitación alguna sobre la altura u otras características de los pasos elevados".

El PP se queja de la "gran variedad" de diseños, con alturas y rampas diferentes y el gobierno local replica esgrimiendo esta orden de Vivenda y diciendo que cada calle requiere de su propia solución para calmar el tráfico y no vale un "lombo" tipo para todas.

El citado informe de 2010, base de la proliferación actual de badenes, añade que su objetivo es "mantener mediante elementos físicos una velocidad reducida, garantizar la accesibilidad a personas con dificultades motoras y mejorar la seguridad de los peatones". Añade, sobre la altura de los "lombos", que "hay diferentes criterios" incluso en Fomento, ya que su orden de 2008 habla de un máximo de 10 centímetros, pero una guía sobre diseño urbano de 2003 apunta a 14, la altura habitual de los bordillos de las aceras. También cita las recomendaciones sobre anchura, distancia entre pasos y pendiente de las ramas, que en Pontevedra oscilan entre el 10 y el 6%, "más suave de lo que propone el Estado", indica el informe.

Mientras tanto, el PP ha apuntado que esos 14 centímetros que defiende el gobierno local (e incluso Fomento en alguna publicación) son "excesivos pues para zonas cuya velocidad máxima está determinada en 30 kilómetros por hora, está demostrado que los lombos de diez centímetros son eficaces y a su vez no provocan molestias a los conductores". Su concejal José Luis Martín insistió ayer en su intención de presentar un borrador de ordenanza en el pleno y subraya que su grupo "no pone en cuestión la existencia" de estos elementos, pero "sí deben regularse". Mientras el BNG acusa a la oposición de "oponerse al modelo urbano", el PP replica que los nacionalistas "quieren reducir el debate a lombos si, lombos no".