La Audiencia Provincial de Pontevedra acaba de condenar a sendas penas de 31 años y medio de prisión a Francisco Javier B. R. y a Montserrat M., los dos padres que fueron juzgados en junio por violar a sus dos hijas (una era hija únicamente de la madre pero la segunda era hija biológica de ambos) cuando la mayor tenía 11 años y la menor todavía no había alcanzado los diez años de edad. El tribunal impone a cada uno las penas de quince y 14 años y medio de prisión por cada delito de agresión sexual en la modalidad de violación con las agravantes de actuación conjunta de dos o más personas, especial vulnerabilidad de las víctimas y prevalimiento, además de decretar una orden de alejamiento por espacio de 20 años. A estas penas hay que sumar otra de dos años por obstrucción a la Justicia por obligar los acusados a una de las menores a cambiar su testimonio en un juicio de malos tratos que se celebraba contra Francisco Javier B. R.. En total 31 años y medio de prisión cada uno.

La sentencia relata como hechos probados un auténtico calvario para las dos niñas. La primera de ellas, hija de la mujer, fue violada en varias ocasiones por el acusado con la aquiescencia de la madre quien también en ocasiones se sumaba a estos actos y llegaba "a participar activamente" en estas relaciones sexuales en las que el acusado trataba a la menor "con brusquedad, agarrándola y empujándola" y bajo amenazas de hacer lo mismo a sus hermanos.

En 2009, al menos en cuatro ocasiones, una hija biológica de ambos que todavía no había cumplido los diez años fue también obligada a mantener relaciones con su padre mientras la madre "permanecía sentada en la cama mirando y satisfaciendo así sus deseos lúbricos". El acusado le pegó a la menor en ocasiones para lograr su propósito. Las menores fueron acogidas y tuteladas por la administración.