Manel Loureiro nos recibe en su rincón de creación, su despacho, "su estudio", como él lo llama, donde estos días no para de sonar el teléfono para concertar entrevistas y presentaciones. "Fulgor", su esperadísima novela, sale hoy a la venta en toda España. Ese ya es motivo más que suficiente para que "el autor español revelación en USA", según la editorial Planeta, esté tan solicitado. El creador de la trilogía de zombies "Apocalipsis Z" debe afrontar ahora meses de promoción, durante los cuales tendrá que ausentarse por horas o días de su ciudad, Pontevedra.

En este nuevo thriller, género que el escritor, antes abogado, no abandona, se juntan el misterio, los crímenes y las decisiones difíciles, que deberá tomar Casandra, la protagonista, una mujer, como también lo era el personaje central de "El último pasajero", su anterior obra, "best seller" en 2013 en España.

-Parece que le ha cogido gusto a los personajes femeninos...

-No es casualidad. Los personajes femeninos son todo un reto, son mucho más complejos. La mentalidad femenina es más polifacética que la masculina, es multicapa. Suelen ser personajes muy interesantes. Además, como escritor, como hombre, tratar de hacer que un personaje femenino sea creíble y no una especie de machote con faldas es un auténtico reto. Estoy contento porque hay varias mujeres que han leído la novela y me han dicho que sí, que son personajes que se comportan y piensan como mujeres. Es como un desafío para mí porque parece que todas las novelas tienen que ser protagonizadas por el machito de turno. Estas son mujeres reales, con fuerza, con energía, que toman las riendas de sus vidas.

-¿Alguna mujer en su vida que le haya inspirado?

-(Risas) ¿Me estás preguntando si Casandra está inspirada en alguien real?

-Algunos aspectos de mujeres reales tendrá?

-Es la suma de varios personas. Desde la Casandra de la mitología griega a un montón de rasgos de mujeres que he conocido a lo largo de mi vida y que se han ido sumando para crear ese personaje. Casandra es una persona que se equivoca, que tiene miedo, que es humana. Y, sin embargo, siendo normal, tiene que enfrentarse a una situación tan extraordinaria que parece que su humanidad se pone en juego. Y hasta aquí puedo leer.

- Y de nuevo una mujer en un thriller?

-Sí, me encanta el thriller. Es lo que me gusta escribir y es con lo que disfruto. Un thriller es una montaña rusa: coger al lector y que cuando llegue a la página once diga "yo aquí ya no me puedo bajar". El thriller es un pacto entre el lector y yo.

-Tenía a sus fans impacientes: ha tardado dos años en presentar nueva novela, más de lo habitual?

-Me lo he tomado con más calma. Necesitaba ese tiempo para construir esta historia con calma. Mis prioridades de tiempo han ido cambiando. Antes solo publicaba en España y cuatro o cinco países más. De repente, publico en quince idiomas de treinta países. Las promociones van comiendo tiempo y tienes que dilatar la escritura.

-¿Está contento con el resultado?

-Muy contento.

-¿Hay presión por los buenos resultados de "El último pasajero"?

-No. Todo el mundo piensa que tendría que estar muy nervioso. Yo mismo soy consciente de que debería estarlo. Me estoy empezando a poner nervioso cada vez que me lo preguntáis. (Risas). Presión no siento, responsabilidad sí, porque podría decepcionar a cientos de miles o millones de personas.