El director de la fábrica de Ence explicó que la empresa ya está explorando fórmulas para aprovechar las "sinergias" con otras instalaciones y actividades del entorno para contribuir a generar más riqueza y ahorro. Así, explicó que en los últimos años se está utilizando la energía térmica excedentaria del centro de operaciones de Lourizán para el calentamiento del agua de la piscina de Ponte Muiños gracias a la colaboración con la Fundación Rías do Sur.

Ence emitió malos olores durante algo menos de una media hora a lo largo del pasado mes de agosto. Esta es la afirmación que realizó ayer el director de la fábrica de Lourizán, Antonio Casal, antes de anunciar que la pastera realizará una nueva inversión de 8 millones de euros para lograr el objetivo de emisiones de olor y vapor cero en el plazo de dos años.

Casal quiso dejar claro que Ence es ya a día de hoy un "referente ambiental" a nivel mundial en las empresas de su campo pero que su objetivo es "avanzar y mejorar todavía más" en dos aspectos que tienen que ver con la molestia que puede causar el mal olor a los pontevedreses o el impacto visual que puede tener el vapor de agua que expulsa la factoría y que, insistió, es totalmente inocuo, "como una nube", comparó.

Como la coliflor cocida

Así, dedicarán estos ocho millones de euros a realizar una serie de modificaciones en los sistemas de conducción de vapor y de gases existentes en la fábrica así como a instalar nuevos equipos durante la parada técnica de la fábrica del año 2016 y 2017. El grupo Ence ya dedicó, desde el año 2010, otros ochos millones de euros a reducir el impacto oloroso que tiene la actividad de cocción de los vegetales para obtener la pasta de papel (el responsable medioambiental de Ence comparó este proceso al olor que produce la cocción de una coliflor en casa) consiguiendo una importante reducción de las emisiones. Sin ir más lejos, Casal explicó que si bien en 2010 Ence constataba un total de 4.200 minutos de impacto oloroso al mes (140 minutos al día) esta cifra descendió hasta los 29 minutos al mes (menos de un minuto al día) que se logró el mes de agosto pasado.

Lo mismo ocurre con las emisiones de vapor que, asegura Casal, son a día de hoy ya casi imperceptibles salvo en los días en los que las temperaturas son más bajas. En este caso, el objetivo por eliminar estos penachos blancos que salen de la fábrica es "puramente estética y visual".

Antonio Casal reconoció que "nuestra intención era haber llegado al cero absoluto antes" pero indicó que, en cualquier caso el descenso "ha sido tremendo" y que estos avances señalan "el camino a seguir" para "llegar a nuestra meta que es el olor cero". Antonio Casal reconoció también que el objetivo que se marcan "es difícil" pero asegura que "estoy personalmente convencido de que vamos a lograrlo". "Lo que buscamos es demostrar la compatibilidad de la actividad industrial con otros usos de la ría como puede ser el marisqueo o el turismo".

Supeditado a la prórroga

La inversión, como el resto de las mejoras anunciadas recientemente para la fábrica pontevedresa, estaría supeditada a la obtención por parte del Ministerio de Medio Ambiente de la prórroga de la concesión en Lourizán más allá de 2018. De lo contrario, "todas estas mejoras carecerían de sentido", explicó Antonio Casal, quien en una anterior comparencia se mostró optimista sobre la posibilidad de que Ence reciba el permiso para continuar operando en la ría de Pontevedra.