-Los últimos datos facilitados por el Gobierno señalan que Pontevedra fue entre enero y mayo la quinta provincia de España y la primera de Galicia en volumen de recaudación de multas de tráfico y especialmente por los radares, ¿está habiendo una relajación por parte de los conductores a la hora de respetar los límites de velocidad?
-Efectivamente, se ha producido un incremento en el número de denuncias formuladas y, por consiguiente, de la recaudación. Son varios los factores que han podido contribuir: el aumento de la movilidad, los nuevos radares instalados, a comienzo de año, en la A-55, que constituye uno de los puntos más conflictivos de nuestra red viaria provincial, o la intensificación de los controles de velocidad en las carreteras convencionales.
-Hay quien siempre ve en este incremento de las multas un afán recaudatorio por parte de Tráfico...
-Le puedo asegurar que la DGT no tiene como objetivo el alcanzar anualmente un determinado número de denuncias y que los motivos que están detrás de su formulación no son otros que el atajar comportamientos infractores que pueden comprometer la seguridad vial. En todos los países de nuestro entorno la sanción se utiliza como un medio de corrección de conductas y de cambio de hábitos en los usuarios de las vías y como un instrumento, en último término, de prevención de la accidentalidad. Por otra parte, este afán recaudatorio que se atribuye a Tráfico parece entrar en contradicción con el hecho de que un porcentaje elevado del total de las denuncias lo constituyan las derivadas de excesos de velocidad captados por radares fijos, suficientemente señalizados, y con la política de transparencia que, en cuanto a la ubicación de radares, se está siguiendo por la DGT.
La jefa provincial de Tráfico, María Isabel Alonso de Linaje, analiza la evolución de los últimos datos de siniestralidad que dejan un ligero aumento de los accidentes con víctimas mortales en carretera aunque una reducción en el número total de siniestros. También explica decisiones como el informe que aconsejó cerrar la autovía de Marín a ciclistas y peatones, así como el incremento de las sanciones en la provincia.
-Superado ya con creces el ecuador de este ejercicio, ¿cuál está siendo la evolución de la siniestralidad en la provincia en términos generales?
-La siniestralidad, en su conjunto, en los siete primeros meses de este ejercicio se redujo respecto al año precedente. Tanto los accidentes con víctimas como los accidentes de daños materiales presentan cifras inferiores a los del mismo período de 2014. No obstante, los accidentes con víctimas mortales se han incrementado y, a 31 de julio, superaron en tres a los registrados en los siete primeros meses del año anterior. De todos modos, la siniestralidad ha de analizarse con carácter anual. De otra manera, las fluctuaciones que se producen a lo largo del ejercicio pueden llevarnos a extraer conclusiones erróneas. En relación con este tema me parece interesante resaltar que, con arreglo a las cifras consolidadas de siniestralidad de 2014 con datos de fallecidos a 30 días, presentadas el mes pasado, nuestra provincia presenta una tasa de mortalidad por millón de habitantes por debajo de la media nacional. La tasa provincial se sitúa en 33 fallecidos por millón de habitantes, lo que coloca a Pontevedra como la provincia gallega que presenta tasas inferiores a la media nacional, que alcanza los 36 muertos por millón de habitantes. Estos datos permiten que España figure entre los países de la UE que obtienen mejores cifras de siniestralidad, por detrás de Malta, Países Bajos, Reino Unido, Suecia y Dinamarca.
-¿Cómo ha sido esta evolución con respecto a los colectivos más vulnerables en carretera como son los peatones, las motocicletas y los ciclistas?
-El pasado ejercicio se produjo una disminución significativa de la accidentalidad mortal en los vehículos de dos ruedas en vías interurbanas. La referida a motocicletas experimentó un descenso considerable, cifrándose en 6 los conductores fallecidos de este tipo de vehículos. Por otra parte, no se registró ninguna víctima mortal en nuestra provincia entre los conductores de bicicletas y ciclomotores. En lo que llevamos de año, en carretera, han sido 2 los conductores de motocicleta fallecidos, uno de ellos coincidiendo con la segunda fase de la operación salida de verano. El único accidente mortal en el que falleció un ciclista en 2015 se produjo al comienzo de año en la PO-11, que actualmente tiene prohibido el acceso a bicicletas y peatones. La accidentalidad peatonal en 2014 se redujo en vías interurbanas, cifrándose en 3 los peatones fallecidos. En el presente ejercicio, hasta mediados de agosto, se había registrado un único atropello con resultado de muerte en carretera.
-Precisamente hablando de ciclistas, en los últimos meses se ha abierto el debate sobre una vía en la que en los últimos años se han producido varias muertes como es precisamente la PO-11 y la autovía de Marín. ¿Cree que es necesario agilizar la alternativa peatonal y ciclistas que se plantea para evitar esta vía por su peligrosidad?
-Nos consta que la prohibición de acceso a peatones y ciclistas en la denominada autovía de Marín, integrada por la PO-11 y PO-12, ha sido un tema muy controvertido; pero nuestra postura ha sido firme porque estamos en el convencimiento de que no constituye una vía idónea para la circulación de bicicletas ni para el tránsito de peatones, ya que se trata de una vía de alta capacidad, con un intensidad circulatoria elevada, carente de arcenes y con incorporaciones por el margen derecho que comprometen su seguridad. Los datos de accidentalidad, por otra parte, evidencian su grado de peligrosidad, en cuanto en los dos últimos años y medio se han registrado los fallecimientos de dos ciclistas y un peatón. Por lo que se refiere a la conexión del paseo existente en Pontevedra con la pasarela de Placeres, a la que alude, con el objeto de habilitar una senda peatonal y ciclista, sólo puedo señalar que, desde el punto de vista de la seguridad vial, el segregar la circulación de bicicletas y peatones de la de vehículos a motor resulta deseable; pero se trata de una cuestión que compete a otros organismos.
-¿Qué recomendaciones puede hacer Tráfico mientras esta alternativa no es una realidad?
-En la actualidad, la alternativa la constituye la PO-546 (la carretera vieja de Marín), en la que se está intensificando la vigilancia, y la recomendación no puede ser otra que el cumplimiento de las normas de circulación, tanto por los ciclistas y peatones, como por parte de los conductores de vehículos a motor. Respecto a estos últimos incidiría en el respeto a las limitaciones de velocidad y a la obligación de mantener en los adelantamientos una separación lateral no inferir a 1,5 metros. Aprovecho para recordar, porque se trata de una norma no suficientemente conocida por algunos conductores, que en aquellos tramos en los que está prohibido el adelantamiento es posible adelantar a bicicletas y peatones, aunque para ello haya que ocupar la parte de la calzada reservada al sentido contrario, siempre después de haberse cerciorado que se puede realizar la maniobra sin peligro.
