Biólogos de la Universidad de Vigo en colaboración con instituciones de varios países realizarán una aproximación global a la biodiversidad de las libélulas que habitan en arroyos de los bosques de Cuba, República Dominicana, Ecuador, Brasil, China, Filipinas e islas Fiyi para determinar qué efectos ocasionan en estos ecosistemas las plantaciones comerciales y proponer medidas que mejoren su gestión ambiental. El proyecto está liderado por el Laboratorio de Ecología Evolutiva y de la Conservación, con sede en el campus de Pontevedra, y resultó seleccionado en la última convocatoria nacional de Fomento de Investigación Científica de Excelencia, que lo financiará con 200.860 euros hasta diciembre de 2018.

En cada uno de los países, donde los científicos gallegos llevan años trabajando, compararán la riqueza de hábitats situados en parques nacionales o reservas con los de aquellas zonas donde se han plantado especies comerciales para aprovechar su madera o con otros usos. En la mayoría de los casos serán cultivos de eucaliptos pero en las zonas tropicales del Amazonas estudiarán los efectos de la palma de aceite, que son los más habituales.

El grupo liderado por Adolfo Cordero colaborará con biólogos de universidades y del Museo de Historia Natural, en el caso de la República Dominicana, para determinar el número y riqueza de libélulas, y probablemente también de otros insectos, así como caracterizar de manera físico-química los arroyos y recoger muestras de las larvas de otras especies que se encuentran en el agua y de las que se alimentan las larvas de libélula. Los expertos, que dan por hecho que hallarán nuevas especies, recogerán ejemplares que donarán a museos de los países participantes y que, en otros casos, serán transportados hasta la universidad viguesa para su análisis.

"En cuanto tengamos la lista de especies empezaremos con estudios de conducta basados en observaciones y filmaciones porque sospechamos que el riesgo de extinción de las libélulas cuando hay una plantación tiene que ver con su comportamiento", explica el líder del proyecto, Adolfo Cordero.

El biólogo acumula años de experiencia en el estudio de esta especie a lo largo del planeta: "Hay otros grupos con una sensibilidad parecida, pero podemos identificar muy bien a las libélulas y en cada zona podemos encontrarnos con solo un centenar de variedades. Cuando se realiza una plantación, la vegetación se simplifica, el acceso de la luz varía y también cambia la materia orgánica y las hojas que se depositan en el agua. Hay libélulas incapaces de sobrevivir en un arroyo que recibe más luz y donde la temperatura aumenta. Estos cambios empobrecen el funcionamiento de los ríos y van causando efectos en cadena y la desaparición de grupos de animales. Las comunidades de peces y aves quedan completamente modificadas".

Esta investigación global también incluye estudios en el continente europeo: en Italia, donde el grupo ya ha estado en varias ocasiones, y también en Galicia. "Hemos hecho algunos estudios en el Lérez en los últimos años y cuando el 80% de la vegetación está formada por eucaliptos la biodiversidad de los arroyos se empobrece muchísimo. En relación con este proyecto que empezamos ahora estudiaremos algún tema colateral en lagunas costeras", explica Cordero.