Miles de personas disfrutaron el pasado sábado de la Feira Franca de Pontevedra. El balance que los hosteleros y el Concello de Pontevedra hacen de afluencia de público coincide y es satisfactorio para ambos, aunque algunos restaurantes de la zona monumental reconocían ayer a este periódico que esta cifra ha llegado a su tope, incluso reconocían que habían constatado un ligero descenso de clientes.

Según los hosteleros, la de la Feira Franca pontevedresa se ha convertido con los años en un jornada con mucho movimiento en la que ellos tienen que adaptarse tanto en personal como en ritmo de trabajo a la gran cantidad de gente que decide tanto comer como cenar fuera de casa.

Para el Concello de Pontevedra, en esta edición habían sido autorizadas 140 comidas en el exterior de establecimientos públicos, así como 250 solicitadas por particulares a las puertas de sus casas en el centro histórico. A ellas hay que sumar las decenas de puestos que contaban con permiso para vender comida caliente y fría, y que fueron la opción elegida por gran parte del público.

"La sensación que tuvimos fue la misma de todos los años, que había muchísima gente y que muchos de los clientes, si se quedan satisfechos, repiten de un año para otro", asegura Raúl Facciola, encargado del restaurante Cre-Cottê Creperie de la Rúa Real. Facciola señala que notaron que quizá respecto a otros años por la noche la afluencia de público fue ligeramente menor. "A mediodía estuvimos desbordados, sin embargo, para la hora de la cena el movimiento fue algo más relajado, ya que la gente nos pedía cosas de la carta habitual".

Con él coinciden los responsables del Bar Pitillo, en la Rúa Alta, uno de los más antiguos de la zona vieja. "Nosotros solo abrimos por la noche, y es cierto que este año nos pareció que había menos movimiento que otros años. Por la zona de Santa María, que es donde nosotros estamos, a las diez y media ya se estaban recogiendo muchos puestos". Desde este establecimiento aseguran que el descenso del gasto se ha notado "todo el verano en general".

Otro de los locales más emblemáticos del centro histórico, la Pulpería Fidel, en San Nicolás, constató también un ligero descenso de clientes. "Sí que es cierto que hubo mucha gente, por supuesto, pero tuvimos la sensación de que había algo menos de agobio. De hecho, la pulpeira vendió un poco menos que el año pasado", subrayó uno de los dueños.

En la misma línea se manifestaron desde el Bar Muelle, en la plaza do Peirao, que cada año instala mesas en el exterior de su local para servir a decenas de personas, y que en esta edición, aunque hace un balance igualmente positivo, indica que "se notó menos gente que otros años".

Satisfacción del Concello

Por su parte, el Concello de Pontevedra agradecía ayer al sector hostelero su esfuerzo por unirse al espíritu de la fiesta medieval y por ambientar de forma correcta sus locales y veladores, así como los espacios destinados a comidas y cenas. "Hay que destacar que muchos locales que se encontraban fuera del entorno de la Feira Franca también estaban ambientados de época en esta ocasión", celebró la Concellería de Festas a través de una nota.

Según manifestó ayer la concelleira Carme da Silva, participó en la fiesta un número indeterminado de personas, ya que "es imposible contabilizarlas". "Las expectativas quedaron desbordadas", subrayó. En su opinión, la ciudad vivió una "espectacular y fantástica Feira Franca".

En el balance que hace el Concello, todas las actividades organizadas tanto por la institución como por las asociaciones y entidades participantes en esta XVI edición, dedicada a la alquimia, contaron con una gran participación de los vecinos de Pontevedra, sus alrededores y numerosos turistas.

"El espectáculo de las justas celebrado en la Plaza de Toros tuvo que colgar el completo en los dos pases y hubo gente que se quedó fuera del coso y no pudo asistir a verlo", explicó la Concellería de Festas. El torneo medieval fue una de las grandes novedades del programa de este año, ya que por primera vez corría a cargo de una compañía gallega, Hípica Celta.

La Feira Franca comenzó el pasado viernes por la tarde, aunque el día grande fue el sábado y la fiesta se prolongó hasta la madrugada.