Firmado el pasado 10 de julio, el nuevo acuerdo pesquero entre la Unión Europea y Mauritania volvió a dejar al margen a los cefalopoderos de Marín. Una negativa, la del gobierno del país africano, que se prolonga desde el año 2012 y que tiene sumido en una profunda crisis a todo el sector. No en vano, de los 24 barcos que faneaban en Mauritania hace tres años solo quedan 16, mientras que el resto se han visto abocados al desguace. Para la villa de Marín, esto supone además la pérdida de casi 300 puestos de trabajo directos a bordo, más otros tantos indirectos en tierra firme.

La flota de Anacef está compuesta por buques de tipo arrastrero congelador que se dedican fundamentalmente a la captura del cefalópodo. A lo largo de los años, esta flota ha ido sufriendo numerosas reducciones, como consecuencia de las incidencias en los sucesivos acuerdos pesqueros.

Cuando la flota trabajaba a pleno rendimiento, llegó a contar por 250 las embarcaciones que faenaban en todo el banco subsahariano. Pero en la actualidad, la realidad es muy distinta. A medida que Marruecos -en cuyas aguas recalaba mayoritariamente la flota de Anacef- reducía su cuota de pesca, los cefalopoderos gallegos se iban viendo obligados a abandonar el caladero. De esta forma, cuando se llegó al término del acuerdo económico vigente con Marruecos, en el año 1999, la flota de Anacef sumaba únicamente una cifra de 77 barcos.

Reducción continua

Conforme pasó el tiempo, la flota de cefalopoderos en caladeros africanos fue perdiendo presencia. Algunos se desguazaron, otros cambiaron de bandera? Y aunque Mauritania sustituyó a su vecino del norte como principal caladero, el número de embarcaciones siguió disminuyendo; primero a 50, luego a 38 barcos? Y así se llegó a 2012, cuando, si la situación ya era desfavorable, se tornó del todo crítica.

El gobierno mauritano, tras meses de duras negociaciones, tomó ejemplo de la dureza en las posiciones de Marruecos y firmó un acuerdo pesquero que excluía por completo a los cefalopoderos españoles.

Hasta ese momento, eran 24 los barcos en el caladero mauritano. Con la negativa a esta renovación, unos corrieron mejor suerte -si se puede llamar así- y firmaron acuerdos privados con otros países como Guinea Bissau, Guinea Conakry o Angola. Pero la mayoría de ellos, se vieron abocados al desguace. Actualmente quedan 16 barcos operativos. Entre ellos, 11 pescanbajo un acuerdo de la Unión Europea con Guinea Bissau. Otros 4 lo hacen mediante acuerdos privados en Angola, mientras que el último permanece todavía en puerto desde 2012.

Pero, ¿cuáles son las expectativas para el sector a corto y medio plazo? ¿Existe alguna salida o solución a esta crisis? Quien responde sabe de qué habla. Francisco Freire lleva ligado al mundo pesquero más de 50 años y actualmente es el presidente de Anacef. "Existen posibilidades de que, bajo acuerdo con Marruecos, se contemple la pesca de especies demersales, fundamentalmente merluza". De salir adelante este convenio, explica Freire, "se podría dar entrada hasta a cinco barcos de Anacef", aunque reconoce que se trata de unas negociaciones "muy complicadas".

Si existe una expectativa en la que los cefalopoderos tienen fijadas sus esperanzas, ésa es la de solicitar a Mauritania la posibilidad de que permita una licencia para la pesca de especies demersales, con un pequeño porcentaje de cefalópodos. "Puede que sea la opción más consistente", explica el armador. Y es que esta posibilidad ya quedó reflejada en el acuerdo pesquero del pasado julio, pero se desarrollará en la próxima comisión mixta de la Unión Europea. "Tenemos esperanzas de que en esa Comisión se incluya algún barco en la pesca de demersales, viendo que en cuanto al pulpo acumulamos dos acuerdos -2012 y 2015- con negativa total", lamenta Freire.

Cuestión de implicación

Por su parte, Mauritania argumenta su deseo de preservar el pulpo para su flota, lo cual según Freire "es del todo respetable". Al menos, reconoce Freire, "la Unión Europea ha tenido en cuenta la negativa y ha reducido la financiación", algo que no sucedió en 2012, lo que aumentó las iras de los cefalopoderos gallegos. Ahora, el presidente de Anacef considera que la nueva inclusión en la pesca de demersales "se trataría de diez o doce barcos", una cantidad que a su juicio"no perjudicaría a flota local mauritana en absoluto".

En cuanto a los movimientos por parte de la Unión Europea en pos de beneficiar los intereses de su sector, Freire entiende que "si por parte de la UE existiera cierta preocupación para que esta flota se colocara en Mauritania, posiblemente se podría conseguir, pero se dedican a cubrir el expediente y no se involucran a fondo", concluye el armador. Pese a ello, desde Anacef se albergan esperanzas de que las presiones llevadas a cabo en el Congreso y en Bruselas por parte del BNG surtan efecto y hagan recapacitar a la UE.

Son las últimas redes -por desgracia, esta vez, no echadas al mar- de un sector de vital importancia para la economía marinense y que padece una situación límite a la que ahora, al menos en parte, se trata de poner remedio.