Las trampas para ciclistas que cada vez parecen proliferar más en los montes de Galicia y diversos puntos de España, ya sean clavos, rocas colocadas en las diferentes ruta s eincluso lazos de acero, también están presentes en el Castrove, tal y como pudo comprobar ayer un grupo de aficionados isleños. Fue cuando disfrutaban de la bicicleta de montaña y el contacto con la naturaleza en el entorno de Armenteira (Meis), a la altura del campo de golf, cuando se vieron sorprendidos por la presencia de tablas en las que alguien había colocado grandes clavos, situados estratégicamente para hacer daño, pues tenían las puntas hacia arriba y estaban semicubiertos por hojas que los hacían prácticamente indetectables. Dos de los ciclistas de A Illa implicados en este episodio sufrieron sendas caídas tras pinchar las dos ruedas de sus bicicletas en esas trampas de clavos.