Las grandes bodegas han pedido a sus proveedores de uva que dejen de aplicar ya los tratamientos fitopatológicos con los que se protege el viñedo.

Este fin de semana marca por tanto la fecha tope para el empleo de los productos químicos, por lo que a partir de ahora solo podrán aplicarse medidas culturales, como un deshojado de la vid que favorezca la aireación de los racimos, evite las retenciones de humedad y reduzca así las posibilidades de podredumbre.

La decisión de guardar ya las sulfatadoras viene dada por la inmediatez de la vendimia. Está previsto que la recolección comience a principios de septiembre y por tanto hay que dejar pasar el plazo de seguridad desde la última aplicación de los productos químicos hasta la recogida de la uva. Aquellos viticultores que no abastezcan a las grandes bodegas o cooperativas pueden disponer de algo más de margen, ya que hay productos fitopatológicos con un plazo de seguridad más corto -al igual que hay zonas donde la vendimia se retasará un poco más-, pero por lo general puede decirse que su empleo se da por finalizado en la presente campaña.