"Me parecen muy bien las reivindicaciones de los hosteleros, pero los espacios públicos son públicos y se utilizan para usos diversos; hay veces que montan unas terrazas que ocupan una gran superficie de la plaza y otras veces en las que tienen prioridad otros usos, como son las fiestas", manifestó la concejala Carme da Silva, en contestación a la demanda de los hosteleros del centro histórico para que se ponga fin al "macrobotellón" en que se ha convertido la fiesta de peñas. La responsable de Fiestas y de Seguridad Ciudadana descarta, un año más, poner coto a estas concentraciones de jóvenes que impiden a los negocios de hostelería desarrollar su actividad con normalidad, y precisamente en las fechas en las que podrían hacer su particular "agosto".

"Hay que convivir, porque el espacio público es precisamente eso, público, un espacio de convivencia donde todos los usos tienen que ser compatibles, tanto el uso lucrativo, privativo de un local de hostelería, como otros usos diferentes como pueden ser las fiestas", explicó la concejala, para descartar la opción de regular las "peñas".

"Lo mismo ocurre con otras actividades como puede ser la Feira Franca, cuando hay una procesión, o cuando hay una manifestación, o cualquier otro uso público de estos espacios", añadió Da Silva, para reforzar el mensaje de los distintos usos que tiene el espacio público.

Consumo de alcohol

En su balance del primer fin de semana de peñas, la edil de Festas destacó el "éxito de asistencia" y la "tranquilidad" en la que, según su opinión, se desarrolló el inicio de los festejos. Carme da Silva apuntó que se concentraron "miles de personas" en la calle y que, en el balance negativo, solo hubo que lamentar algunas intoxicaciones etílicas, algunas entre menores de edad, y un corte en una pierna que solventó con unos puntos de sutura.

En la mañana del domingo se retiró de todo el recinto de fiestas -en el que se incluyen contenedores y basura abandonada en todos los recintos festivos- un total de 8 toneladas. La jornada del sábado había originado 15 toneladas de basura.

En cuanto a las concentraciones de jóvenes y el consumo de alcohol en la calle durante el primer fin de semana de peñas, la concejala aseguró que "yo estuve en la Praza do Teucro y estaba perfectamente compatibilizado el uso del espacio".

Sin embargo los profesionales de la hostelería no opinan lo mismo. "Es increíble que se permita esto en los cuatro días más importantes de las fiestas, los dos fines de semana en los que podría hacerse más caja y en los que más turistas hay en la ciudad", explicaba uno de ellos.

Numerosos propietarios de establecimientos situados en el entorno de la Praza do Teucro, que con la avenida de Santa María y los viales adyacentes es el epicentro de los botellones, critican que se permitan estas reuniones masivas de jóvenes y el consumo de grandes cantidades de bebida en la calle, impidiendo el acceso de los clientes a sus locales.

También advierten de los daños que se producen en los locales, en los que han llegado a desaparecer mobiliario u otros elementos de las terrazas.

En anteriores ediciones los hosteleros denunciaron desperfectos que este año han sido menores. Con todo, se volvieron a repetirse las imágenes de plazas llenas de plásticos, vasos y botellas, además de restos de bebidas, etc. La avenida de Santa María y el Teucro, así como las calles Amargura, Isabel II y Tetuán fueron algunos de los espacios más afectados.

Incidentes

En cuanto a incidentes, la primera noche de peñas de este 2015 (la del sábado al domingo), se saldó con cuatro personas trasladadas al Hospital Montecelo con coma etílico, dos de ellas menores. Fue una cifra sensiblemente inferior a la otras ediciones (llegaron a ser ingresados en urgencias hasta 15 jóvenes en solo una jornada de fiesta) y en general los servicios sanitarios vivieron "una noche tranquila", indican los portavoces del Complejo Hospitalario.

También los hosteleros se esperaban que la noche tendría peores consecuencias, dado el elevado número de participantes, sensiblemente superior al del pasado año, cuando la lluvia restó afluencia a estas fiestas callejeras.