El presidente de la Diputación, Rafael Louzán, desveló ayer que negocia desde hace más de dos años la posible incorporación al patrimonio público de una de las joyas del patrimonio arquitectónico e histórico de Pontevedra, el convento de Santa Clara. Un objetivo al presidente de la Diputación no renuncia y que considera la alternativa "más positiva" para todas las partes, de cara a la correcta conservación de este monumento, que ahora se encuentra, en palabras del propio Louzán, en una situación "más que precaria, por no utilizar una palabra más fuerte".

El presidente del ente provincial insistió, en cualquier caso, que el futuro de este edificio histórico "es un interrogante". Los más de dos años de negociaciones tanto con interlocutores del Arzobispado de Santiago como de las propias Clarisas estuvieron "a punto" cristalizar en un acuerdo para que la Diputación "se hiciese cargo" del monumento en el que actualmente tan solo residen dos monjas de clausura. Sin embargo, ahora están paradas. Según explicó Louzán, la congregación no descartaba esta opción, incluso fueron los propios religiosos los que llamaron a la puerta de la Diputación para sugerir la posibilidad de que el ente se hiciera cargo del edificio. La otra alternativa era la de reforzar el convento pontevedrés con la llegada de religiosas que actualmente se encuentran en otros monasterios de la orden. El presidente de la Diputación explicó que, finalmente, parece que la congregación no quiere renunciar a Santa Clara y optará por esta segunda alternativa. Louzán, que en todo caso quiso manifestar un "profundo respeto" por la decisión final que pueda tomar la congregación religiosa, así como por el trabajo que desarrollan en Pontevedra "en favor de los más desfavorecidos", asegura que no pierde la esperanza de que finalmente la Diputación pueda hacerse con este monumento de estilo gótico y cuyo origen se remonta al siglo XIII.

Esgrimió dos razones fundamentales para mantener viva la esperanza de que Santa Clara pueda pasar a manos de la Diputación y es que ve difícil que la congregación pueda llevar adelante este propósito de incrementar la comunidad de monjas de clausura en este convento de Pontevedra y evitar así su cierre. La primera, por la crisis de vocaciones que atraviesa la Iglesia. La segunda y fundamental, por el mal estado en el que se encuentra actualmente el inmueble y que provoca que las condiciones de vida de las religiosas en su interior "sean extraordinariamente difíciles".

Es por ello que Louzán no descarta que las negociaciones para que la Diputación pase a hacerse cargo del convento de Santa Clara todavía puedan llegar a buen puertoo. "Como soy una persona que nunca se cansa, yo seguiré intentándolo", señaló ayer Louzán tras hacer público el interés de la Diputación por quedarse con este emblemático recinto.

Un uso público

En cuanto al futuro del conjunto histórico si finalmente acabase en manos de la Diputación, Rafael Louzán señaló que en todo caso sería un "uso público". Aparte de todos los impedimentos legales para cualquier otro tipo de aprovechamiento, dado que es un inmueble protegido y catalogado, Destacó que una de las condiciones impuestas por la Iglesia y la Congregación durante la negociación fue "huir de cualquier tipo de uso especulativo" urbanístico. En primer lugar, Louzán explicó que en una primera fase sería necesario realizar una importante inversión para rehabilitar el edificio debido al deterioro que presenta actualmente. Sin ir más lejos, señaló que hay partes de la zona amurallada que presentan riesgo de derrumbe.

Louzán señaló que en una segunda fase habría que establecer cuál sería su uso público final, aunque reconoció que no hay que olvidar su proximidad con gran parte de los edificios que integran en complejo museístico de Pontevedra.