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Manuel Domínguez: "Vivir de espaldas al cambio climático y la amenaza que sufre el planeta es ser poco inteligente"

El experto alerta de que abaratar la Ley de Costas dañará uno de los principales recuersos de la Península, el paisaje

Manuel Domínguez, biólogo y educador ambiental. // Rafa Vázquez

El próximo lunes se celebrará el Día Mundial de la Educación Ambiental, una jornada que saludan especialmente profesionales como Manuel Domínguez y que busca reivindicar el compromiso con las generaciones actuales, pero también futuras, y la toma de conciencia sobre la necesidad de proteger el planeta.

-¿Qué se entiende por educación ambiental?

-Es una educación, lógicamente, pero es básicamente un proceso, una visión que procura hacernos reflexionar sobre la relación del ser humano con su medio, busca crear capacidades, actitudes y conciencia alrededor de la problemática ambiental, haciéndonos conscientes de nuestro impacto en nuestro entorno, de modo que seamos capaces de minimizar ese impacto.

-¿Es una disciplina reciente?

-Depende, es reciente su incorporación a los planes de estudio o ámbitos por el estilo, pero el enfoque orientado a la divulgación ambiental no es tan reciente, podemos considerar que tanto Gandhi como la famosa carta del gran jefe indio Seattle al presidente estadounidense Franklin Pierce hacían divulgación ambiental, ése es el enfoque.

-Recientemente una representante de Naciones Unidas afirmaba que la ecología no es una cuestión ideológica sino de formación cultural y lo argumentaba recordando que políticos de la ultraderecha estadounidense han puesto en marcha avanzadas políticas ambientales ¿podemos hablar de una inteligencia ambiental?

- Eso entronca con un principio muy habitual en décadas pasadas, se pensaba que la educación ambiental y la gestión ambiental era una cuestión de información, que en el momento en que el ciudadano es consciente de los problemas ambientales y sus efectos, su repercusión en la salud, en el manejo de lo recursos, automáticamente mejora su relación con el medio, pero lo que se ha comprobado y por donde van las tendencias más actuales es que eso no es suficiente, por supuesto se relaciona con la inteligencia y las capacidades, pero no solo, no llega con la información sino que también es una cuestión de valores, tengo que ser consciente de que un determinado modelo de consumo puede suponer penurias a las generaciones futuras, pero si no tenemos claros valores como la solidaridad intergeneracional e interespacial simplemente con la información no será suficiente. Efectivamente vivir de espaldas al cambio climático, a los límites de los recursos y a la amenaza que sufre el planeta es ser poco inteligente, pero por desgracia hay mucha gente así.

-¿Es una buena idea, incluso económicamente rentable, abaratar la Ley de Costas?

-En absoluto, algo clarísimo en gestión ambiental del territorio es que hay que pensar muy bien lo que se hace en usos irreversibles, es decir si tengo un cultivo forestal poco adecuado es algo reversible, un embalse puede dañar una zona sensible pero se puede revertir, si derribamos el muro en el futuro y la cabecera del río está sano el río volverá a vivir, revivirá en pocos años, pero si ocupo la costa, si la lleno de hoteles y de segundas residencias, eso es algo prácticamente irreversible, de modo que es incomprensible realmente como insistimos en volver a tropezar con las mismas piedras, en volver a pensar en basar nuestra economía en un modelo de edificación para un mercado saturado y con graves efectos ambientales, dañando uno de los principales recursos que tiene la Península, que en eso es potencia mundial, que es el paisaje; dañar ese paisaje en aras de los cantos de sirena que hablan de hipotéticas cifras astronómicas de negocio no es buena idea, no.

-¿Son nuestros niños más conscientes de la importancia de la conservación del medio?

-Nuestros niños tienen, pienso que es una gran habilidad de la infancia, una gran capacidad de empatía, de ponerse en el lugar de los demás, tienen una gran capacidad de sentir amor por un animal o de solidarizarse, eso es algo importante, pero en todo lo que estamos hablando de sensibilización ambiental queda muchísimo por hacer, tendemos a pensar que los niños en la escuela tienen este tema muy trabajado y si que hay buenos materiales y maestros pero realmente falta mucho por hacer, y muchas veces incluso cuestiones tan básicas como la gestión de los residuos, por tratar un tema muy trillado, hay que continuamente incidir en él y recordarlo, se hacen en algún momento campañas y programas intensos y pensamos que duran para siempre, pero no, hay que recordarlo.

-¿Es un problema de desinterés de las administraciones, de falta de legislación...?

-Básicamente si, hablar de administraciones sería amplísimo, de competencias y ver ejemplos de buenas, regulares y malas prácticas, pero desde luego de lo que se trata es de creerse realmente que este tema es importante, que la inversión medioambiental es eso, una inversión y no un gasto, si tenemos una ciudadanía consciente del valor, del ciclo de vida de los productos, de la mochila, la carga ecológica de cada producto, lo que vamos a lograr es una ciudadanía más cívica, que reduzca la huella energética y que respete más nuestro patrimonio, y eso al final reduce mucho los costes en otros ámbitos.

-¿Qué estrategias debemos aplicar? ¿Una de las primeras sería comprar productos producidos en nuestras inmediaciones?

-Es un buen ejemplo, comprar productos de cercanía ya no solo por identificación con el productor, que es algo a tener en cuenta, sino para generar empleo en nuestro entorno y reducir el enorme impacto ambiental del transporte. Hoy en día en cualquier supermercado al que vamos a hacer la compra diaria nos encontramos productos de todas las partes del mundo, en esta provincia hay una producción amplísima de kiwi y al mismo tiempo podemos comprobar en muchas cadenas de supermercados, y no voy a dar nombres, tienen exclusivamente kiwis de Nueva Zelanda, desde luego algo estamos haciendo mal, como cuando se venden los huevos gallegos en la Meseta y se importan al mismo tiempo huevos de la Meseta para venderlos aquí, tenemos que consumir productos de cerca, ahorremos energía y en general, aunque estrategias hay muchas, recomiendo preocuparse por el origen de las cosas y su ciclo de vida: ¿Esto de dónde viene? ¿Es bueno para mí? ¿Hay alternativas mejores? ¿Lo necesito realmente?

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