El alcalde, Miguel Lores, y el concejal de Infraestructuras, César Mosquera, acusaban desde la oposición al entonces regidor de Pontevedra, Juan Luis Pedrosa, de ocultar la documentación relativa al plan de la empacadora de basuras que en 1998 se proyectaba entre las parroquias de Bértola (Vilaboa) y Tomeza. "El alcalde Pedrosa tiene la documentación en su despacho, impidiendo de este modo que pueda ser consultada por los miembros de la corporación", declaraba en febrero de 1998 el entonces edil de la oposición Miguel Anxo Fernández Lores. En aquellas fechas, su compañero de bancada César Mosquera acusaba al gobierno de Pedrosa de colaborar con la Xunta para trasladar la empacadora de Vigo a Vilaboa, denunciando la "irregularidad" que suponía que los miembros de la corporación no tuviesen acceso al plan.

"Para poder actuar es imprescindible que el señor alcalde deje de esconder la documentación y la ponga a disposición de los técnicos y de los grupos municipales", señalaban desde el BNG.

Las mismas acusaciones se escuchan 17 años después en sentido inverso. La oposición popular acusa al equipo nacionalista de esconder el plan de la planta de compostaje en un cajón, al igual que los vecinos y afectados de Pontesampaio, que han denunciado que el equipo de Lores ha mantenido reuniones secretas con los comuneros de Canicouva, para cerrar el trato de la instalación de esta planta en terrenos de esta parroquia. De hecho, la ubicación se dio a conocer a la opinión pública cuando el acuerdo ya estaba tomado.

El convenio entre el Concello y la Diputación de Pontevedra para construir esta instalación se firmó en mayo del pasado año. En julio se abrió el proceso para elegir la ubicación, que el gobierno local aseguró que se conocería entre agosto y septiembre pasados. En el pleno de la Diputación Provincial del 30 de diciembre de 2014, el nacionalista César Mosquera anunció que la ubicación ya estaba decidida, "pero no la voy a decir aquí". Finalmente la opinión pública pudo conocer la opción elegida el 9 de enero, a raíz de las reuniones que se estaban manteniendo en la parroquia de Canicouva entre representantes del gobierno local y comunidad de montes.

En los primeros días de 2015, el líder del PP en Pontevedra, Jacobo Moreira, acusaba al BNG de haber ocultado a los pontevedreses el plan de la planta de compostaje durante cinco meses. En esas fechas el gobierno local debía tenerlo claro, dado que, como explicó Moreira, el proyecto debía estar en la Memoria de Alcaldía del documento de los presupuestos municipales para 2015.

También los argumentos con los que el BNG rechazaba la empacadora de basuras en 1997 se repiten ahora por parte de los opositores a la planta de compostaje de Canicouva. Malos olores, tráfico intenso de camiones de basura y posibles vertidos contaminantes a los acuíferos de la zona son los principales temores de vecinos y colectivos opositores a la planta de compostaje, como eran también los motivos por los que los nacionalistas de Pontevedra y Vilaboa se oponían a la empacadora proyectada por la Xunta hace 17 años.

César Mosquera declaraba en 1997 que "la empacadora no solo afectaría a Bértola y Tomeza sino que también a Campolongo, porque todos los líquidos que produce la planta de transferencia irían directamente al alcantarillado de Campolongo por el río de Os Gafos". En aquella comparencia, el edil nacionalista, entonces desde la oposición, instaba al gobierno local a explicar a la opinión pública "si va a seguir actuando como un corre, ve y dile del PP y de los intereses de la Xunta y va a aceptar que Tomeza y Figueirido recojan la basura de Vigo, o si va a actuar de un modo claro a favor de los intereses de Pontevedra".

En las elecciones de 1999, el rechazo del BNG a la empacadora auparía a los nacionalistas al gobierno de Vilaboa y en parte también al de Pontevedra, donde este conflicto se uniría a otros que se aglutinarían en el movimiento denominado "5-J" por la histórica manifestación que reunió en Pontevedra el 5 de junio de 1998 a treinta mil personas en defensa de la ciudad.