Los "Camiños Escolares", una de las joyas de la movilidad urbana de Pontevedra, ha pasado de ser una iniciativa de participación ciudadana -como se planteó inicialmente- a una carga más para las arcas públicas. Los aclamados caminos seguros para niños iban a ser gestionados por voluntarios: padres, abuelos y personas interesadas en colaborar con la seguridad viaria de los pequeños. Al menos así se presentó en el año 2010 por sus promotores, la Concellería de Seguridade Ciudadana de Pontevedra. Pero lo cierto es que en la actualidad el servicio, que tiene como cometido ayudar a los chavales a cruzar la calle, se ha contratado a una empresa privada.

Consultados varios responsables del gobierno local durante los últimos días, ninguno de ellos fue capaz de concretar qué presupuesto se destina a esta función que hace tiempo ha dejado de cumplir la Policía Local, si bien personas próximas al servicio confirmaron que los "voluntarios" cobran 140 euros al mes, por la tarea de situarse dos veces al día, en las horas de entrada y salida de los colegios, en los cruces más próximos a los centros.

42.000 euros

Cuando los responsables de la iniciativa han aportado datos sobre este servicio, han declarado que los "colaboradores" rondan la treintena, de modo que el importe global rondaría los 42.000 euros al año.

Tampoco la oposición municipal puede concretar el importe exacto que el Concello destina a pagar a los "voluntarios" de los caminos escolares, dada la "opacidad" -denuncia el portavoz municipal del PP, Jacobo Moreira-, con la que el gobierno local lleva este asunto.

El equipo de Miguel Lores ha "disfrazado" este gasto entre las partidas del presupuesto municipal, de modo que en ninguno de sus renglones se puede encontrar el importe destinado a pagar a las personas que cruzan la calle a los niños.

Por otra parte, la empresa de gestión sociocultural Añias, a la que se ha adjudicado esta tarea, realiza otros servicios para el Concello de Pontevedra, como talleres y ludotecas escolares, por lo que el precio de los "camiños" puede integrarse en las asignaciones que percibe esta firma del ayuntamiento por distintos cometidos.

En los orígenes de la propuesta, padres de alumnos y colaboradores de distintas entidades sociales fueron convocados a varias reuniones en las que se trató de involucrar a los vecinos en la organización del tráfico. Pero la imposibilidad de formar un cuerpo de voluntarios estable, que mantuviese en el tiempo esta iniciativa, habría llevado al equipo de gobierno a contratar el servicio, si bien el coste fue obviado en las numerosas comparecencias en las que sus promotores hablaron de las excelencias del programa.

Concejales del gobierno local han rehusado hacer declaraciones a este periódico sobre este asunto.