Más de 120 feligreses de Campañó asistieron ayer al último oficio religioso de su párroco, Manuel Pérez Blanco. Después de dieciocho años como encargado de las parroquias de Campañó y Curro el sacerdote había calado entre los vecinos por su implicación en la dinamización de las feligresías. Tras sus últimas palabras en la iglesia de San Pedro, hubo una emotiva pero rápida despedida, suficiente para que algunos de sus feligreses se emocionara. Ahora, el padre Manuel atenderá las parroquias de Xil, en Meaño, y Adina, en Portonovo, donde fue acogido ayer con una gran fiesta de bienvenida.

"Animaba mucho a la gente, especialmente a los niños, ya que él hacía las primeras comuniones y confirmaciones y les preparaba catequesis", destacaba Dolores García, una vecina de Campañó, al tiempo que recordaba detalles de padre Manuel, quien daba regalos por Reyes a los niños de la zona y acudía al hospital cuando algún vecino estaba convaleciente.

También activó mucho a sus parroquianos. "Dio cursos de arte, organizaba la fiesta de la parroquia y por iniciativa de él, preparamos por primera vez las alfombras florales", comentaba Maribel Cochón. Esta vecina recordaba como el padre Manuel se había pasado una noche entera haciendo los dibujos en la carretera para preparar las alfombras "y eso pese a estar con bastón tras sufrir un atropello hará dos años en Curro", matiza.

Ahora lo sustituirá el prior de Poio, Juan Vaca. Lo hará interinamente en noviembre, por estar en Inglaterra actualmente. Mientras el vicario atenderá los domingos Campañó y Curro. "Que venga uno bueno, pero como él no tendremos otro. Aunque si mantiene los viajes de romería que organizaba Manuel y la fiesta de San Cidre, ya nos tendría ganados", comentaba Dolores García en un corro que se había formado frente a la iglesia.

El ya exsacerdote de Campañó, nació en Forcarei, y había acogido la parroquia con 44 años. Ayer en las lecturas religiosas eligió una que versaba sobre la colaboración. "El mensaje es que construyan la parroquia desde la gente, no desde los curas, por eso espero que colaboren con el nuevo sacerdote", comentaba el padre Manuel, quien, pese a la tristeza del cambio se mostraba a gusto con el nuevo destino.

"Ahora hay tan pocos curas que los llevan a donde hay más gente. Dejará unas parroquias de 3.000 feligreses por otras que tienen más de 6.000", comentaba Enrique Cochón. Este feligrés, junto con otros vecinos de Campañó y Curro, acompañaron al padre Manuel a su primera misa en Santa María de Adina. Tras más de nueve meses sin cura, en Portonovo lo esperaba una gran comitiva, con otros cinco párrocos de la zona, la alcaldesa de Sanxenxo, Catalina González, y música a cargo del grupo folclórico Os Gatiños. Queda por ver si el nuevo párroco cumplirá el deseo del anterior cura de Adina, de formar un coro con los niños de catequesis.