Las factorías de Ence en Pontevedra y Navia concentrarán toda la producción de celulosa del grupo una vez que la dirección de la compañía anunció ayer el cese en su factoría de Huelva de la actividad productora de esta materia prima para la industria papelera. El Grupo Ence está a la espera de la resolución del Gobierno sobre la prórroga de la concesión a su fábrica de Lourizán que caduca en 2018. La empresa pastera viene amenazando con aplazar las inversiones en el complejo pontevedrés ante la falta de avances en su pretensión de ampliar dicha concesión.

La planta de Huelva se transformará en un complejo dedicado a la producción de energía renovable con biomasa, para la que ya cuenta con dos instalaciones. Los 294 empleados del complejo onubense serán despedidos, aunque la empresa anunció su disposición a negociar un plan de recolocación del 100% de la plantilla bien en otros centros de trabajo del grupo o mediante recolocaciones en otras actividades con indemnización.

En mayo ya se anunció que, a resultas de la reforma eléctrica del Gobierno, Ence podría cancelar la producción de celulosa y la cogeneración eléctrica en Huelva. Ambas actividades son interdependientes.

De las tres fábricas del grupo, Huelva era la de menor competitividad del grupo por su menor capacidad de producción de celulosa y porque, a causa de la carencia de madera local, estaba obligada a abastecerse de materia prima desde el Norte de España, lo que elevaba sus costes productivos. Hasta ahora esta inferioridad se compensaba con los ingresos obtenidos por la cogeneración eléctrica a partir de la lignina, uno de los residuos de la producción de celulosa.

La reducción por el Gobierno de las primas a las energías renovables hizo inviable, según la empresa, el proceso fabril en la planta andaluza y fue la causa, afirmó, de que la fábrica acumule tres trimestres en pérdidas y de que el grupo tuviese unos resultados negativos de 48,6 millones en el primer semestre.

En el caso de la producción eléctrica con biomasa, el impacto del recorte de primas a las energías renovables es menor porque el proceso se alimenta con residuos forestales, mucho más baratos que la madera de eucalipto del tipo globulus que se utiliza en el proceso de producción de la celulosa por la calidad y la cantidad de fibra de esta especie.

La de Navia, con unos 350 empleos, es la mayor planta de celulosa del grupo. La empresa no precisa si renunciará a la producción que hasta le aportaba Huelva o si la compensará con mayor elaboración en las plantas del Norte.

Ence manifestó su disposición a abordar una "negociación exhaustiva y de buena fe con los representantes de los trabajadores", a los que ofrecerá un plan de recolocación en otros centros de trabajo de la empresa, o bien una indemnización y un programa de recolocación externa y una indemnización.

El plan de Ence para su complejo de Huelva pasa por reconvertirlo en un "avanzado centro de generación de energía renovable" que, según destacó, "seguirá siendo un importante motor de aprovechamiento forestal de Andalucía", según detalló en una comunicación a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

En mayo pasado Ence contraponía la "incertidumbre" de sus instalaciones en Lourizán con las actuaciones para "asegurar la competitividad y funcionamiento" de la planta de celulosas que tiene en la localidad asturiana de Navia, en la que ha proyectado un ambicioso programa de actuaciones y de mejora de eficiencia para combatir los efectos negativos de la reforma eléctrica del Gobierno. Así, en estos primeros seis meses de 2014 esta factoría ha recibido 11,5 millones y "próximamente otros 11,9", frente a los cero euros de Pontevedra.