Mónica Lorenzo es la sexta víctima de la violencia de género en Galicia en lo que va de año, la número 37 en el conjunto del Estado, según los datos facilitados ayer por la Delegación del Gobierno. Aunque oficialmente son únicamente dos las víctimas mortales en la provincia de Pontevedra por esta lacra, lo cierto es que en menos de un año han muerto cuatro mujeres originarias de la provincia a manos de sus parejas o compañeros sentimentales.

A este último asesinato de la vecina de Barro Mónica Lorenzo supuestamente a manos de su marido Daniel Carballal, hay que sumar otros tres crímenes, el de Isabel Pérez en Marín a finales de diciembre del pasado año, el de la vecina de Vilaboa Lupe Jiménez a manos de su esposo en un monte del Concello de O Pino en febrero de este año y, el más reciente, la muerte a golpes de Sara Pereira Fariña, de 81 años, a manos de su marido el pasado 29 de julio en la localidad de Pazos de Borbén.

El primero de los casos fue el de la marinense Isabel Pérez Fraga, cuyo cuerpo apareció el 26 de diciembre en su domicilio de la calle Alcalde José del Río. Días después se detuvo como presunto autor de la muerte a su compañero sentimental, un vecino de Marín aunque natural de la parroquia pontevedresa de Xeve, Miguel Sanmartín Argibay. Las últimas investigaciones indican que el acusado, además de dar muerte a la mujer, pudo también cometer un delito de agresión sexual con un bote que apareció al lado del cadáver. Miguel Sanmartín habría reconocido el crimen ante la Policía Nacional, pero posteriormente lo negó ante el juez instructor que ordenó su ingreso en prisión provisional en A Lama.

La segunda víctima pontevedresa de la violencia de género fue María Luisa "Lupe" Jiménez Jiménez, de 37 años de edad y madre de seis hijos. El domingo 23 de febrero de este año supuestamente era raptada y llevada a la fuerza por su marido, José Luis Cortiñas Romero, de 43 años, de la casa materna de "Lupe" en Vilaboa. Cortiñas regresó ese día al que fuera domicilio conyugal del ambos en Lugo solo, era detenido y ante el juez confesaba que había acabado con la vida de su mujer tras llevársela de la Vilaboa. El cadáver de María Luisa aparecía instantes después en un monte del concello de O Pino, cerca de Lavacolla, de ahí que el Ministerio no la incluya entre las víctimas de la provincia de Pontevedra. Su marido ingresó en prisión provisional por orden del juez y posteriormente fue trasladado a la prisión de Salamanca coincidiendo con el "destierro" ordenado por el consejo de ancianos gitano de Galicia que ordenaba la salida de la comunidad autónoma de todos los Cortiñas. La mujer se encontraba embarazada cuando fue asesinada, supuestamente, a manos de su marido que será juzgado en la Audiencia de Pontevedra tras las gestiones realizadas por la familia de la víctima.

Caso similar reciente

El último caso se produjo hace menos de un mes y guarda bastantes similitudes con el sucedido ayer en Barro. El cuerpo sin vida de Sara Pereira Fariña era encontrado en su vivienda de Pazos de Borbén con un fuerte golpe en la cabeza y síntomas de ahogamiento. En el alpendre del domicilio en el que residía con su marido aparecía también ahorcado éste, Andrés Fernández Barciela, de 79 años.

Se cree que el hombre golpeó ya asfixió a la víctima y posteriormente se quitó la vida. En Galicia el resto de mujeres muertas como consecuencia de la violencia de género fueron encontradas sin vida en Cervo (Lugo), Foz (Lugo) y en la ciudad de A Coruña.