Tras más de siete años de trabajos, las obras de la alta velocidad ferroviaria en Pontevedra tienen las horas contadas, con la totalidad del tendido de las vías ya ejecutado (y en uso) y con la remodelación de la estación en su fase final, hasta el punto de que podrían concluir esta misma semana. Así lo expuso ayer el gobierno local tras las últimas reuniones con las empresas adjudicatarias y los técnicos que dirigen el proyecto. Una vez que la fase de obras llega a su fin, el Concello ya trata de coordinar el siguiente paso, que no es otro que determinar el destino de las nuevas instalaciones y el aprovechamiento de las viejas. Entre las primeras, figuran los más de 6.000 metros cuadrados de nuevas plataformas públicas sobre las vías del tren, y entre las segundas, los puentes que queden en desuso y, sobre todo, las antiguas vías férreas entre Pontesampaio y Pontevedra.

El Concello ya ha planteado al Ministerio de Fomento su propuesta de que esos nueve kilómetros se conviertan en una "vía verde", un sendero para peatones y ciclistas que enlazaría "espacios como el río de Os Gafos, las salinas de Vilaboa o la Illa de Medal, e incluso los paseos marítimos de Arcade y Pontesampaio". Así lo aseguró ayer el concejal Luis Bará, que incluso anunció que el alcalde, Miguel Fernández Lores, realizará gestiones personales con la ministra Ana Pastor para lograr la ejecución de este proyecto. Para el gobierno local una "vía verde", inexistentes en la comarca, incluye ventajas como "una movilidad segura y sostenible, una gran potencialidad recreativa y un importante uso turístico".

Mercancías

Sin embargo, esta opción choca con la posibilidad, aún no descartada oficialmente por Fomento, de conservar el trazado original del tren para el tránsito de mercancías. De hecho, de forma excepcional y casi única en el Eje Atlántico gallego, los nueve kilómetros de vía férrea entre Pontesampaio y Pontevedra cuentan por el momento con tres vías, y no las dos habituales de la alta velocidad. A las dos instaladas en los últimos años para el AVE, se une el trazado convencional por Vilaboa y Salcedo, que no ha sido desmontado, como sí ha ocurrido en otros tramos. De hecho, Fomento tiene previsto ceder al Concello de Pontevedra y a la Diputación, para uso peatonal, los puentes ferroviarios sobre los ríos Verdugo y Lérez, pero no el del Ulló, ya que se la idea es reservarlo para el transporte de mercancías.

En otros recorridos del Eje Atlántico ya se ha eliminado la vía convencional (o se aprovechó su mismo trazado para instalar las vías del AVE). Así ocurre al Norte de la ciudad hasta Vilagarcía, pero en los nueve kilómetros entre el Verdugo y la estación el trazado del AVE discurre paralelo al recorrido convencional y todos los pasos elevados y subterráneos nuevos salvan también esta vieja vía.

Su posible usos para mercancías podría echar por tierra la pretensión municipal de crear una "vía verde", pese a que el Concello sostiene que esos nueve kilómetro están en desuso. En todo caso, en plenas obras del Eje Atlántico se anuló la conexión original entre Pontesampaio y Arcade, de ahí que el puente sobre el Verdugo si se cederá para uso peatonal. Pero esta medida anuló el enlace para mercancías, si bien se puede solventar mientras se mantenga el ancho ibérico en las vías del AVE.

Sea como sea, la reserva de un recorrido solo para mercancías parece estar relacionado con el Puerto y el ramal del tren a Marín, que conecta con la red general en la zona de O Pino. De hecho, en 2010 ya se observó el riesgo de que el Puerto de Marín quedara aislado por tren a causa de la nueva línea de alta velocidad del Eje Atlántico, lo que llevó a Fomento a decretar una modificación urgente de al menos cuatro kilómetros del trazado previsto para el AVE al Sur de la ciudad. Este cambio ya permitió mantener la linea ferroviaria convencional actual para que pueda circular el tren al Puerto.

Aquel proyecto complementario ya alertaba de forma clara que "debido al futuro cambio de ancho Ibérico (el utilizado en toda la red actual) al Internacional (más estrecho) el Puerto de Marín podría resultar perjudicado y quedarse aislado, ya que toda su playa de vías es de ancho ibérico". Por ello, se optó por una solución que "consiste en aprovechar la linea convencional actual Vilaboa-Pontevedra en todas las zonas donde sea factible, modificando el trazado del AVE". Así, se realizó un "trazado en variante con plataforma compartida para ambas lineas", una plataforma que albergaría tres vías en lugar de las dos previstas.

Al margen del futuro de las viejas instalaciones, el Concello confía en que esta misma semana (o al menos en cuestión de días) concluyan las molestas obras del AVE en todo el municipio y, en especial, en la estación del tren, donde las protestas de los vecinos y los conflictos han sido una constante desde su inicio en abril de 2013.

Las previsiones recogidas por el Concello en las empresas es que antes de agosto estará acabado el trabajo, "con lo que el conflicto de ayer (por el registrado el lunes en Otero Pedrayo, con el bloqueo de los accesos por parte de los vecinos) sea el último", según Luis Bará, que dice comprender las quejas de los afectados. Según sus explicaciones, el objetivo de acabar las obras este misma semana "provocó un acelerón en los últimos días y una intensificación de los trabajos que incrementaron las molestias". Recordó que durante años, además de Entrevías, hubo que soportar los inconvenientes de estos trabajos en Médico Ballina, A Seca, Doce de Novembro, Loureiro Crespo y numerosos puntos del rural, si bien admitió que "hubo beneficios para la ciudad, como los nuevos espacios públicos sobre los falsos túneles y las calles de nueva apertura para salvar las vías", en especial el puente de A Parda.

Escaleras mecánicas

Una vez que la adaptación interior de la estación ya está concluida, con la ampliación y mejora de los andenes, la modernización de los pasos subterráneos y la instalación de ascensores y escaleras mecánicas, ahora se trabaja en la retirada de todo el material almacenado en los terrenos traseros de la estación, donde se proyecta el centro lúdico de A Parda. Estas tareas son loas que encresparon a los vecinos el pasado lunes por la gran cantidad de polvo, ruido y tráfico que generaron durante horas. Bará explicó que los planes de las empresas pasan por asfaltar desde hoy la calle Otero Pedrayo y la próxima semana, la calle Entrevías, lo que indica que el tránsito de vehículos pesados cesará. No obstante, admite que aún resta una fase del proyecto del AVE pendiente, la electrificación de la vía en esa zona, lo que obligará al paso de nuevo de camiones, "aunque con menor intensidad".