Como a cualquier chica de 17 años, a Jessica Jiménez le gusta más divertirse con sus amigas que estudiar, pero tiene claro su objetivo: ser una diseñadora de moda reconocida. Además de contra la pereza, Jessica tiene que luchar cada día contra el desánimo y contra los prejuicios de algunas personas que, incluso en su propia familia, le dicen que por ser gitana tendrá difícil acabar los estudios. La joven no atiende a agoreros y comenzará en septiembre cuarto de la ESO.
- La seleccionaron para acudir a un programa de Mentoring y Encuentro de estudiantes en Madrid. ¿Cómo ha sido la experiencia?
- Fue muy emocionante, no me lo creía. Me dijeron que fuese a un casting para ver si me cogían para ir a Madrid. Lo hice, pero sin esperanzas de que me fuesen a elegir. Cuando me llamó mi tutora para decirme que era la elegida y que iba a ir a Madrid no me lo creía.
- ¿Qué quiere estudiar?
- Primero quiero acabar Bachillerato, si mi padre me sigue apoyando, y luego quiero hacer el ciclo superior de Diseño y Moda. Me encanta todo lo relacionado con la estética y espero algún día llegar a ser diseñadora gitana.
- Diseñadora gitana, no diseñadora a secas.
- Claro. Diseñadoras hay muchas. Yo quiero ser la primera diseñadora gitana de Galicia. Hay una diseñadora gitana en Valencia, que me gustaría llegar a conocer algún día, pero yo quiero ser la primera diseñadora gitana gallega. El Concello de Pontevedra me ha invitado a ir al debut de este año de la Escuela de Diseño y Moda. Voy a ir a ver el desfile y a ayudar a las modelos. Me hace mucha ilusión.
- ¿Ha sufrido alguna vez actitudes racistas en el instituto?
- Si, muchas. Un compañero me dijo hace poco, por sacar más nota que él, que es porque los gitanos siempre copiamos en los exámenes. En fin, en todas partes hay tontos. Pero con los profesores muy bien, siempre me apoyan mucho. Como saben que tengo cuatro hermanos y la situación en la que estoy, algunos me quieren dar clases de apoyo y hasta se quedan en el recreo conmigo para darme clases de apoyo.
- ¿Y fuera del ambiente escolar?
- Hay una señora anciana de mi barrio que siempre que me ve, me dice que ella si fuera gitana se quitaba de estudiar. Me dice que lo deje, que estoy perdiendo el tiempo.
- ¿Y usted que le contesta?
- Que yo a ella no le voy a faltar al respeto.
- ¿Su familia la apoya para continuar los estudios?
- Pues la verdad es que también tengo que luchar a veces con mi propia familia, porque algunos me han dicho muchas veces que deje de estudiar, que no voy a ser capaz, que lo deje. Mis tíos me decían ¿qué haces tú en el instituto?, mejor cásate y ten hijos. Pero mi padre siempre me apoyó y me dijo que primero son los estudios. A veces cuando tengo un examen me estreso y grito, entonces mi madre me quita el libro de delante y me dice que esté tranquila porque sino me quita el libro y me lo rompe. Siempre tenemos discusiones por eso, porque yo me pongo nerviosa al estudiar y ella me quiere quitar el libro de delante para que me tranquilice.
- ¿Y a usted que le parece todo eso?
- A mí me da igual lo que digan todos. Mientras me apoye mi padre yo seguiré estudiando.
- ¿Cree que casos como el suyo siguen siendo una excepción en la comunidad gitana?
- Por desgracia si, porque de todo el instituto, que somos unos quinientos, solo somos cinco gitanos: mi hermano, mi prima, otros dos primos que nunca van a clase, y yo.
