La Fiscalía de Menores de Pontevedra mantiene abierta la investigación sobre los acusados de acoso a una profesora del colegio San Narciso de Marín. Pese a que la Consellería de Educación optó por archivar la denuncia "por falta de pruebas", la justicia sigue adelante con el procedimiento. Los investigadores tratan de identificar la procedencia de los whatsapps y mensajes en las redes sociales, en los que los supuestos autores, cinco chicos de entre 15 y 16 años de este centro escolar, se burlaban y acosaban a la profesora.

La Fiscalía de Menores investiga la comisión de un posible delito contra la integridad moral y ha abierto diligencias, una vez que el caso le ha sido trasladado desde el juzgado de Marín, donde inicialmente se presentó la denuncia.

Proceso penal

El proceso penal es independiente del Administrativo que pudiese completar la Consellería de Educación. Por eso aunque los chavales no recibirán ninguna sanción desde el ámbito de Educación, sí se exponen a un acusación penal por parte de la Fiscalía de Menores, que ha querido esclarecer lo ocurrido y dirimir responsabilidades.

La profesora del colegio San Narciso Padres Paúles denunció a estos alumnos de cuarto curso de la ESO, por supuestas amenazas, acoso y extorsión. La docente, que imparte lengua castellana en este centro escolar de Marín, viene sufriendo el fenómeno ahora conocido como bullying desde principios del pasado curso.

Los hechos que denunció la profesora se refieren a que los denunciados hacían burla de la docente de forma reiterativa, mediante mensajes y anónimos que incluso hacían llegar a la propia afectada, mofándose de cuestiones personales.

Lo que comenzó como bromas de mal gusto, se agravó cuando la afectada puso el asunto en conocimiento de la dirección, que intentó mediar entre los chicos y la profesora, para zanjar el asunto.

Desde entonces, los chavales habrían radicalizado sus burlas y el acoso a la docente, con amenazas e insultos que podrían considerase dentro del terreno de lo delictivo. Desde el centro explicaron que la docente se mostró desde el primer momento dispuesta a perdonar a los chicos y a tratar de llegar a una conciliación para no tener que denunciar los hechos.

Sin embargo, esos episodios habrían ido en aumento según explicaron desde el propio centro educativo. Hubo mensajes de móvil y comentarios ofensivos en las redes sociales.

La afectada se decidió a denunciar el caso, cuando se lo comentó a su marido, que la animó a poner el asunto en manos de la justicia para no permitir que estos hechos resulten impunes.

En medio de todo este proceso, el colegio trató no solo de convencer a los implicados para que depusieran su actitud, sino que incluso organizó unas charlas específicas sobre bullying y ciberacoso, destinadas a evitar estas situaciones. Los supuestos implicados no asistieron a estas jornadas.

Antes de llegar a la demanda penal, el director del centro se reunió con los jóvenes para explicarles las posibles consecuencias de estos hechos, pero los chicos negaron ser los autores de dichos mensajes.

Identificación

Ahora los técnicos trabajan en la identificación de los mensajes y los aparatos desde los que se enviaron, para esclarecer la autoría y la procedencia de los insultos.

Los autores se enfrentan a la acusación de un delito contra la integridad moral de la víctima.

En principio, y a falta de que la investigación avance, son cinco los alumnos posiblemente implicados en este caso de ciberacoso a una docente.