El Concello ya dispone de un listado de las familias del municipio que, a su juicio, necesitarán ayuda para alimentos y la cifra resultante en mucho mayor de lo previsto inicialmente. Si hace unas semanas se calculaba que unos 70 niños precisaban de esta colaboración para hacer frente al cierre veraniego de los comedores, el análisis del censo ha elevado esa cifra a 182 menores, pertenecientes a 91 familias. A la vista de estos datos, la Concejalía de Benestar Social ha activado un protocolo especial para que estas familias reciban alimentos como fruta, verdura, yogures, carne, pescado, fiambre y huevos durante el verano, de modo que se garantice que los menores puedan comer en sus casas sin tener que desplazarse a ninguna otra instalación.

La mayor parte de las familias contabilizadas y con dificultades económicas cuentan con uno o dos hijos (38 en el primer caso y 35 en el segundo), si bien se han localizado núcleos con hasta seis hijos (seis familias). Otras diez tienen tres menores y dos más, cuatro.

El gobierno local pone en marcha este plan al entender que se trata de "necesidades perentorias" y a la espera de lo que pueda decidir la Xunta, que anunció que recibirá fondos del Gobierno central para este propósito. El Concello asegura que colaborará con la consellería si se activa alguna campaña autonómica.