El BNG insta de nuevo a la alcaldesa de Marín a "que cumpla el Plan de Empleo Público Municipal, aprobado por unanimidad" de los grupos "y la ley, en cuanto a los derechos laborales de los trabajadores", expone el edil Xosé María Vilaboa. "Recordamos a Ramallo que las horas fuera de la jornada laboral encargadas por sus concejales y por ella misma exceden hasta el infinito los límites que establece la ley y responden a tareas rutinarias y repetitivas, que revelan una falta total de organización en los servicios básicos que el Concello debe dar a los vecinos", indica Vilaboa.

Para el grupo nacionalista, "lo que Ramallo califica de actuaciones prioritarias y urgentes se corresponden en la realidad con trabajos comunes, que sus concejales ordenan hacer fuera de la jornada habitual y que, en lo que va de año ya suponen un gasto de 75.957,96 euros, el doble de lo presupuestado y aprobado por el propio grupo de gobierno".

Vilaboa expone que la alcaldesa, "que estando en la oposición criticó las horas extra que se pagaron a un fontanero municipal por arreglar averías, lleva firmados hasta 36 informes desfavorables de los servicios de Intervención y Personal, que mes tras mes le recuerdan que no existe informe alguno que justifique la realización de los servicios extraordinarios presentados por los servicios de Obras, Aguas, instalaciones deportivas, Policía Local, Secretaría y Tesorería, y no se acredita ni la necesidad ni la urgencia por lo que no se pueden calificar como servicios extraordinarios", señala el concejal nacionalista.

El BNG expone que esta "hemorragia de horas y de dinero" contrasta con el estado de la mayoría de los caminos del rural, "sin desbrozar a estas alturas del año y en época de riesgo de incendios, de las propias playas, aún sin todos los servicios, de los espacios naturales y del centro de la ciudad al cual, los chorreos esporádicos, pagados a precio de oro, no resuelven su suciedad".

"Lo mismo se podría decir del mantenimiento de las instalaciones deportivas; salvo alguna excepción conocida, se podría calificarlo de penoso, y si no invitamos a la señora Ramallo a que pregunte al concejal de Deportes quién tuvo que limpiar las gradas, los baños y los vestuarios del campo de fútbol de San Pedro durante el último campeonato celebrado en Semana Santa", apunta.