Conjuga su labor de periodista con la de escritor. Sus ensayos han diseccionado distintos personajes y situaciones que han marcado la agenda política y económica española durante las tres últimas décadas. Una de sus últimas obras, precisamente la que habla de la crisis que arrastramos y que define como una gran estafa del sistema financiero nacional e internacional, "Indecentes, Crónica de un atraco perfecto" (2012) acaba de reeditarse en edición de bolsillo.

Precisamente para aportar sus reflexiones sobre la situación económico-laboral estará mañana en el Pazo da Cultura. Será el encargado de pronunciar la conferencia inaugural de la Feria de Emprego, Ponteemprego que versará sobre "Plena empleabilidad vs. pleno empleo. La economía del estancamiento".

-El empleo es un bien escaso y cada vez está más degradado ¿qué presente y futuro tienen los trabajadores en activo? ¿Y los que aspiran a acceder o a reintegrarse al mundo del trabajo?

-Las tasas de paro tanto de trabajadores en general como de los parados de larga duración y de desempleo juvenil son propias no de una recesión más o menos profunda de la economía española sino de lo que yo llamo una Gran Depresión, estilo la de EE UU de los años treinta del siglo pasado. Nuestra tasa media nacional (EPA) del 25 ó 26% supera la de la economía norteamericana en 1933: el pico del paro durante la gran crisis, que llegó al 24,8%. Es muy duro pero las perspectivas no pueden ser más desalentadoras porque la economía española y la europea en general se encuentran en una prolongada fase de estancamiento.

-El mercado laboral como lo conocemos camina aparentemente hacia su desaparición ¿sabemos hacia donde caminamos o nos dejamos ir e improvisamos?

-Es exacto. Las autoridades de todos los países de la zona euro han asumido que el mercado laboral, mejor dicho, los trabajadores y sus salarios, son los grandes pagadores por así decir, de la llamada Gran Recesión que estalla en 2007/2008.

-¿Qué pueden hacer las administraciones públicas para reactivar la economía y crear empleo y no están haciendo?

-Cambiar radicalmente las políticas de austeridad impuestas desde Bruselas, Francfort y Washington. No basta con aflojar un poco la presión para reducir el déficit público, como ha ocurrido en 2013. Hay que ir a una política de reindustrialización. Y para ello es necesario estimular las inversiones públicas en los países del sur de Europa. El Banco Europeo de Inversiones (BEI) puede apostar fuerte. Pero no lo hace.

-¿Qué se puede esperar de un empresariado como el español, cuyos máximos dirigentes están encausados por corrupción, evasión de capitales, quiebras fraudulentas??

-La corrupción es muy relevante en España, es cierto. Pero es lo que podríamos llamar la espuma de la ola de la Gran Depresión. El Gobierno de Mariano Rajoy está haciendo todo lo posible para cortejar a las empresas. El PP se presenta como un gobierno "business friendly" (amigable respecto a los empresarios) pero la inversión, que es el motor de la economía, no arranca. Y el modelo exportador no puede sacar a España de la Gran Depresión.

-¿Qué sectores están, en su opinión, llamados a liderar la recuperación en el país?

-Las grandes empresas están exportando. Pero esto no es nuevo. Durante todo el periodo de la Gran Recesión, entre 2007 y 2014, España ha logrado mantener su cuota en el mercado internacional. Pero las exportaciones representan un 30% del Producto Interior Bruto (PIB) y no el 50% que supone en Alemania, por ejemplo. Por tanto, hay que impulsar desde la Eurozona para toda la Europa del Sur un Plan de Reindustrialización.

-¿Qué ejes deberían guiar esta reindustrialización?

-España es prácticamente un sector de servicios y si podemos sacar una lección de esta crisis es que se necesita más industria y no menos.Ya lo dijo el austríaco Peter Löscher el 17 de mayo de 2009: fijaos en España, felicitada en Europa por crear empleo, es un país que se sustenta en la construcción y el turismo y es necesaria más industria para competir con los servicios. Hay que pensar qué tipo de industria, en la relacionada con el sector de la innovación, por ejemplo.

-¿Cómo valora Iniciativas locales como Ponteemprego?

-Es un granito de arena a las grandes necesidades que tienen los trabajadores. Toda España debería convertirse en una Ponteemprego.

-En este foro contrapondrán conceptos como plena empleabilidad y pleno empleo ¿hasta qué punto se están virando los objetivos a la hora de hablar empleo?

-Es el gran punto en cuestión. Durante muchos años el pleno empleo como resultado de una economía en crecimiento era el gran objetivo. Ahora el pleno empleo ha sido abandonado como concepto. En cambio se pone el énfasis en la empleabilidad. Esto es el mercado laboral tiene que ser atractivo para los empresarios. Tiene que ser flexible, menos intervenido y basado en la responsabilidad individual. La clase política ha renunciado al pleno empleo. Es una utopía.

-Escasas opciones laborales y escasas perspectivas de mejoría ¿qué le queda a las nuevas generaciones: emigrar?

- Ya lo hacen. Los profesionales que se han formado de manera excelente en nuestras universidades se tienen que marchar. Esta no es la emigración de los años sesenta del siglo pasado. La crisis afectó primero a los trabajadores extranjeros de la construcción. Luego a medida que la recesión se perpetuaba comenzó a golpear a los graduados universitarios españoles. Se marchan a Alemania. Y resulta interesante. Estamos devaluando los salarios en España, pero la emigración que recibe Alemania, por ejemplo, provoca una nueva caída de los costes laborales en su mercado local. Con lo cual nuestra capacidad de competir por la vía de los costes de trabajo se ve anulada.

-¿Cree que no hay futuro a acorto o medio plazo?

-Tendremos estancamiento para largo. El Banco Central Europeo no va resolver el problema del empleo. Tiene que haber una política europea con estímulos fiscales. La austeridad por sí sola no lleva a nada.